¡MUCHAS GRACIAS A LOS JUGADORES!

En una jornada extensa y emotiva, pudimos disfrutar de la coronación de RACING CAMPEÓN de la forma que lo teníamos merecido.

La jornada comenzó temprano, almuerzo y a la cancha, como en otras épocas, sólo que la vuelta era mas tarde, gracias al fiestón que estaba preparado para fundirnos todos en un solo grito: ¡CAMPEÓN!

Llegué antes de la apertura del estadio, tenía una mezcla de sensaciones incontrolables, ansiedad, ganas de cantar, caminar por el playón para ver infinidad de modelos de camisetas distintas pero todas iguales en el sentimiento, pero fundamentalmente agradecer a los jugadores, al cuerpo técnico por regalarme este presente hermoso y un futuro soñado.

Porque ésto es lo que se ha logrado. Soñar con fundamentos, mirar alrededor y ver que las condiciones están predispuestas para seguir apostando por objetivos ambiciosos. Porque somos grandes, muy grandes, pero siempre se puede y se debe apuntar a más.

Las puertas se abrieron, después de los controles de rutina, me recibió un DJ junto a una pantalla que repasaba los goles del torneo, por supuesto que los miré todos al ritmo de “se viene RACING campeón” que me obsequiaba el musicalizador y me situó por un instante en el 2001.

Después pasé por Locademia para aprovechar alguna promo.Un loquero, una muchedumbre que pujaba por el mismo objetivo. Increíble, recién abría las puertas, pero hasta eso logra la Academia, generar una burbuja en los momentos más duros para la gente.

Luego de lograr mi cometido, con mucho esfuerzo por cierto, me dirigí a esperar el micro con los futbolistas y a su llegada les volví a agradecer ¡Muchas gracias toda la vida!

Llegó el momento de ocupar mi lugar en la platea junto a mis amigos de la “Caravana Racinguista”, en esta ocasión y para siempre con la inclusión de “Manu”, purrete de 7 años que ya festeja un título, ¡que linda envidia!

Al ingreso contemplé perplejo durante largos minutos la majestuosidad del cilindro. ¡Que hermosura! es lo que pienso cada jornada de local, y experimento la misma sensación de “estar en casa”.

Locura, canciones, cotillón de todo tipo y el partido, que para algunos era sólo anecdótico, para mí era una final que no quería perder ni loco, no me daba lo mismo. Para demostrar “quién” es el campeón, para mantener el invicto de local y seguir siendo inexpugnables en esta condición y porque no me gusta perder ni los amistosos de verano.

Párrafo aparte, el minuto 15 y la ovación para nuestro emblema, el mayor impulsor de este logro, el que marcó el camino incluso en los tropiezos: el LICHA. Gigante dentro y fuera de la cancha, jugando o declarando con la palabra justa y necesaria cuando hacía falta. Para él, mi mayor admiración.

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El tiempo pasaba, la fiesta se acercaba, esta vez con recuerdos cercanos del 2014 (que lejos queda el 2002, yo sigo contando, no te olvides), ¿será parecida la fiesta?Muchas gracias los jugadores…

Fin del partido, empate. Expectativa, Queen, luces multiplicadas, sonido perfecto, el paso de los jugadores de a uno, aplausos y cánticos, felicidad en estado puro hasta que no pude más. Mi abuelo y mi viejo que se presentan, momentos vividos en común, las ganas de que estén ahí conmigo, se me aceleró el pulso. Mi mamá, mi hermana y mi tía en otro sector, seguramente festejando a reventar. Se me nubla la vista por las lágrimas y me abracé con Pablo que pasaba por un estado similar. Empezaron los estallidos, los colores, más emoción. Se iluminó el cielo durante varios minutos, maravilloso, sentimientos a flor de piel. Muchas gracias los jugadores…

Gran domingo para cerrar un campeonato inolvidable, diferente porque lo definimos antes de la última fecha y eso nos quitó la presión vivida en las últimas coronaciones. ¡Vamos por más!, si el Chacho lo dice…

Por Ariel Gutiérrez

Racing Club – El Primer Grande

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