Racing Club El Primer Grande

Lo merecemos

Después de un largo torneo, en cuanto al calendario, no a la cantidad de fechas, RACING coronó su decimoctavo título oficial. Aquí, algunas conclusiones.

Campeones otra vez, en esta ocasión una fecha antes del cierre, como nunca antes en mi vida como hincha. Con un equipo de alta jerarquía, superior a sus rivales en casi el cien por ciento de los encuentros, con un grupo humano extraordinario que seguramente tiene sus diferencias, pero que es capaz de resolverlo como corresponde con el fin de no interferir en los objetivos fijados. Con una dirigencia seria, a la que se le puede elevar alguna crítica, pero la mejor que haya visto, con paso firme y decisiones brillantes como la designación de Milito en su rol actual.

Entonces, ante el comentario: ¡Siempre sufriendo eh!

Les tengo que decir que esta vez no, que no amerita, que tuvimos la tensión propia de la definición de un campeonato. ¿Pero sufrir? Sufrimiento era el de antes. Sufrimiento es la mitad de la cancha clausurada y deudas por doquier. Sufrimiento es alquilarle tu equipo a una institución desconocida del interior porque hay seis meses sin fútbol y no tenes plata para pagarle a los jugadores ni dignidad para generarla. Sufrimiento es no poder ver jugadores importantes surgiendo de las inferiores, sin ningún tipo de rumbo ni dirección en ese sentido. Sufrimiento es que te digan que tu equipo el domingo no juega porque la institución “ha dejado de existir como asociación civil”.

Eso es sufrimiento.

Pero todo cambió. Con esta dirigencia. Con Milito y su vuelta. Con Milito y sus convicciones. Con decisiones acertadas en todos los ámbitos. Con la seguridad de que Racing está por sobre todo. Su patrimonio, su historia y la gloria de otros tiempos que sigue retornando “sin prisa, pero sin pausa”.

A eso nos dirigimos, y de todos nosotros depende seguir este camino y no volver a equivocarnos, encarar un futuro que se muestra promisorio por las bases sentadas en el último lustro y demostrar que la verdadera Academia es ésta, la que aparece mucho más cercana a lo que nos contaban nuestros padres, tíos o abuelos, el primer Campeón mundial, el único heptacampeón, el que pelea palmo a palmo con cualquiera, el que impone las condiciones juegue donde juegue.

Por todo esto disfrutemos el presente y soñemos el futuro, lo merecemos. Esperemos el domingo para abrazarnos con todos los que crucemos en la cancha. Guardemos en nuestras retinas cada segundo de la fiesta que nos espera. Pero no olvidemos que viene lo mejor, un Racing aún más grande, lo merecemos…

 

Por Ariel Gutiérrez

 

Racing Club – El Primer Grande
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