Gracias a vos, Lagarto

Juan Ramón Fleita pasó de manera interina por Racing y ahora vuelve a la Reserva. Desde éste lugar enumeramos los motivos de este agradecimiento.

Por sentir orgullo de dirigir

“Es un orgullo y un privilegio poder sentarme en el banco de suplentes” dijo una y otra vez frente a los micrófonos que tuvo adelante. Y no es para menos. Siempre demostró una felicidad increíble por comandar este grupo en esta tormenta de fin de año. «Siento orgullo desde lo personal y desde lo grupal. Me emocioné cuando corearon mi nombre».

Por ser agradecido

No se olvidó de ninguno cuando tuvo que agradecer: jugadores, dirigentes, hinchas, periodistas, etc. Eso muestra lo buena persona que es.

Por demostrar valentía

Asumió con un plantel arruinado anímicamente. Y lo supo sacar adelante. Lo supo llevar. Supo entender que debía ir al frente en sus dos partidos como entrenador. Justamente en ambos empezó abajo en el marcador. Y nunca bajó los brazos. Contagió a sus dirigidos.

Por sacar la “bronca deportiva” de sus jugadores

Desde el día 1 utilizó ésa palabra para describir a sus jugadores. Supo hacer que ésa bronca se transforme en ganas de cambiar el presente. De mejorarlo. Los jugadores sintieron respaldo.

Por animarse a más

El caso de Arévalo Ríos demostró que no tuvo problemas en probar jugadores nuevos. “Voy a ver a otros chicos” le dijo Fleita al uruguayo el segundo día de entrenamiento. Y el descubrimiento de Kevin Gutiérrez es todo suyo. Tuvo el coraje para ponerlo en un momento clave y el jugador le respondió. A Zaracho le devolvió la titular merecida.

Por el reconocimiento de los jugadores

“En estos dos partidos se vio un Racing distinto” dijo eufórico Diego González. “Se vio a un Racing distinto, protagonista, que ataca, que presiona y se nos abrió el arco” expresó Lautaro Martínez apenas terminó el partido.

Por formar un grupo

La particularidad de Juan es siempre “hablar en plural” e incluir siempre al Chiche Arano y a sus colaboradores. Un gran gesto de humildad y seriedad. Otro detalle no menor: A todos los jugadores los llamaba por el nombre de pila, no por el apellido. Eso genera “proximidad” y suma al grupo.

Por saber reconocer su rol

Siempre supo que llegó para apagar el incendio. Incluso en el medio estuvieron las elecciones presidenciales. Y luego de su último partido declaró: “Estaremos siempre al pie del cañón. Vamos a seguir colaborando con el entrenador que venga”. Un fenómeno.

Por todos estos motivos, es que el Lagarto Fleita y todo su equipo se metió en el corazón del hincha. Logró que este fin de año la sensación no sea de desesperanza sino de ilusión. Ahora el futuro se verá con otros ojos… y en parte es por su trabajo. Eternamente gracias, Juan.

Por: Federico Dotti

Racing Club – El Primer Grande
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