Racing Club El Primer Grande

Con estilo definido

Racing fue práctico y certero. Marcó de arranque, se defendió lejos de su arco y cuando pudo lo hizo también con la pelota en sus pies.

Zuculini festeja después de convertir el primer gol del partido.

En todo proceso la conformación de la idea lleva un tiempo prolongado para lograr plasmarla. Estos jugadores pasaron, en menos de seis meses, por tres concepciones del fútbol que distaban mucho entre sí. La filosofía de Luis Zubledía, la de Carlos Ischia y la de Reinaldo Merlo son muy distintas por lo que la adaptación es compleja.

El último partido del campeonato dejó sellado la presencia del estilo de Mostaza. No es que antes no lo haya hecho pero la del viernes fue su mejor expresión. «Hoy se confirmó la mejoría» decía luego del partido y tiene relación con el objetivo de darle su forma al equipo.

Este estilo radica en un equipo práctico. Se presiona alto para impedir que el rival juegue con comodidad. Cuando se recupera la pelota se realizan contrataques explosivos para poder golpear a una defensa mal parada. Pero lo más importante es que con la ventaja se consiguió una capacidad de enfriamiento del partido que desespera a los rivales.

Racing no otorga contrataques a sus adversarios. Siempre se encuentra bien parado y no comete errores con la pelota. En la mayoría de los momentos el juego se hace poco vistoso pero logra su cometido. Se agrupa bien, Gastón Campi es una rueda de auxilio a espaldas de Bruno Zuculini y para los centrales. Diego Villar se presta al sacrificio tanto en defensa como en ataque e, incluso, llevó a que Rodrigo De Paul sea un colaborador más para esa tarea que requiere su equipo.

La fortaleza se construye a partir de complicarle el juego al rival. Con esa premisa la motivación crece y la cabeza de cada jugador cree en que todo se puede como no había pasado en gran parte del torneo.

Por Gabriel Espósito / @GEsposito85

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