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Cinta y Penales para Milito

Luego de entregarle la capitanía a Milito, ahora Saja le cedió la ejecución de los penales. Los dos lideran el grupo y empujan en la misma sintonía.

El "Príncipe" será el capitán del equipo y se ocupara de patear los penales. (foto: Olé)

Luego de entregarle la capitanía a Milito, ahora Saja le cedió la ejecución de los penales. El brazalete lo usará uno solo, pero los dos lideran el grupo y empujan en la misma sintonía.

Descansan en su juego. Sus compañeros saben que le pueden tirar la pelota desde cualquier lado y que la cuidará con la categoría que le dio su rica trayectoria en Europa. Le agradecen que haya vuelto a Racing para jerarquizarlo. Lo admiran. Lo escuchan. Lo arropan. Valoran su humildad. Y lo miman, claro. Primero le dieron la casaca que pidió con mucho respeto, luego le otorgaron la capitanía a pesar de que, según sus palabras, no se desvivía por eso. Y ahora, además, es el encargado de patear los penales. Pero Racing no tiene en Diego Milito a un único capitán, a un solo abanderado: aunque ya no use la letra C en el brazo, Sebastián Saja la llevará adentro por lo que transmite. Lo acompañará en ese rol al atacante, codo a codo, como si fuera el otro capitán en una suerte de doble comando.

Precisamente el Chino fue quien, como le adelantó a Olé hace más de dos meses, por iniciativa propia le cedió el brazalete al Príncipe, consensuado con Diego Cocca. Desde antes que el ex Inter regresara a Racing que ya venían hablando por teléfono, relación que anunciaba lo que se ve ahora: una dupla unida (ambos tienen 35 años), de respeto mutuo, positiva para un grupo al que empujan hacia adelante junto con el entrenador. “Es un vestuario sin egos altos, se armó un lindo plantel en todo sentido”, le comentó a este diario un allegado al cuerpo técnico. También cayó muy bien en Cocca el gesto de Saja de ofrecerse para cederle la ejecución de los penales a Diego. El arquero, de todos modos, se puso a disposición para shotearlos si en algún momento fuera necesario.

“Milito es un jugador que transmite también afuera de la cancha. Aprendió a querer mucho al fútbol. Potencia a los demás jugadores”, subrayó Cocca por radio Vorterix sobre este delantero exquisito. Contra San Martín (SJ) el domingo no convirtió, pero desplegó su clase para jugar de espalda al arco, a uno o dos toques, siempre con claridad. Y lo hizo con la camiseta 22, la misma que utilizó en Genoa (en su segundo ciclo allí), Zaragoza e Inter. Un número que, una semanas antes del comienzo de la Copa Argentina, le solicitó a Luciano Aued, casi con timidez. Luli se la entregó y luego pidió la 11.

“No soy el salvador de la patria, no vine para eso”, avisó Milito apenas desembarcó en Racing. No será el salvador, cierto, pero sí es el baluarte, el símbolo de una refundación futbolística que Racing necesitaba con la renovación profunda del plantel. De área a área. Un líder nuevo, allá adelante, aguantando el balón. Y otro en el fondo, en el arco. La doble cinta.

Fuente: Olé

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