Racing Club El Primer Grande

«The Last Dance» Académico

“The Last dance” es una serie que actualmente bate records de reproducciones en nuestra plataforma favorita de series y películas, y cuenta la vida del mejor basquetbolista de la historia. Inicios, crecimiento, desarrollo, traspié, apogeo, felicidad y todos los condimentos de la vida, no sólo deportiva, de Michael Jordan.

Marcelo Díaz grita el gol épico.
Marcelo Díaz grita el gol épico.

Su traducción al castellano es: “El último baile”. Les quiero contar mi último Last dance.

Capítulo 1: inicios.

Este hecho ocurrió el 9 de febrero de 2020. Comenzó muy temprano en San Antonio de Padua, cuando junto a Lola, mi hija pequeña, tomamos la decisión, de que asistiría a un nuevo clásico de Avellaneda, con la casaca que muestra orgullosa en su espalda el 18, que refiere a la cantidad de lauros nacionales obtenidos por la Academia.

Capítulo 2: crecimiento.

Posteriormente, después de almorzar, pasé a buscar a mi madre y a mi hermana, y nos dirigimos mucho antes de la hora de inicio del encuentro al Cilindro, para disfrutar de la jornada.

Capítulo 3: Desarrollo.

El partido estaba pactado a las 19:40, pero faltando media hora, el estadio explotaba, no sólo en cantidad de público, sino también en expectativa.

El trámite del enfrentamiento mostró un solo actor, Racing. Superaba a su rival en el juego, en el despliegue, en el desafío táctico, en individualidades, en jerarquía, en todo.

Capítulo 4: Traspié.

Pero en 120 segundos, la catástrofe. Cuando transcurrían 44 minutos del primer tiempo expulsión de Arias, y al minuto del segundo tiempo, roja para Sigali. ¡Sí, un minuto! (Ya entendimos Loustau que no sos de la Academia, no lo demuestres más).

Capítulo 5: apogeo.

Momento donde la tarde toma su grado máximo de perfección. Donde un equipo con 2 jugadores menos, luego de aguantar una pequeña y liviana embestida, comienza a someter a su rival desde el coraje, la mentalidad ganadora y la seguridad de saberse superior a su oponente.

Capítulo 6: felicidad.

Montoya tira un centro. Cvitanich gana la posesión de la pelota luego de un rebote a pura experiencia y lanza el pase atrás. Miranda abre las piernas metiendo una de las tres mejores asistencias que recuerde. El Chelo Díaz para el balón entrando al área, observa al arquero y cuatro defensores que vienen al cruce, digiere el último bocado de banana que acaba de comer y entrega un pase a la red por entre las piernas de Franco. Fin del clásico y comienzo de la locura, del festival. De comprender que estaba presenciando algo inolvidable, difícilmente repetible. Casi cómo una serie.

Eso es la felicidad.

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R+

Por Ariel Gutierrez.

 

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