Racing Club El Primer Grande

No se invierte, se mal gasta y lo sufre Racing

Racing volvió a quedar eliminado, las ilusiones y el trabajo de todo un semestre se tiraron al tacho. ¿Y ahora?

Racing volvió a dar pena en un certamen internacional.

Una vez más. El laberinto volvió a marear a Racing y se perdió. Sí, una vez más. La eliminación duele, lógicamente. Pero los problemas no son únicamente de los planteles y de los entrenadores. Pasó con Diego Cocca, Eduardo Coudet, Sebastián Beccacece, Juan Antonio Pizzi y ahora con Fernando Gago.

Cada uno con su estilo, sus mañas y sus jugadores. Podían gustar o no, pero todos compitieron. Ninguno peleó el torneo como corresponde. Y de esto último quedan eximidos los campeonatos locales que se obtuvieron en 2014 y 2019, ya que la crítica es en base al panorama internacional.

“Ahora tenemos la obligación de salir campeones. Con pelear o llegar a una instancia decisiva no nos alcanza”, sentenció Lisandro López después de que los comandados por Coudet fueran eliminados de la Libertadores a manos de River, que terminaría consagrándose en Madrid frente a Boca. La cabeza del, por entonces capitán de la Academia, fue fundamental para ser la bandera de un equipo que había recibido un trompazo al mentón.

Los años pasan y en Racing nada cambió. A pesar de que ya no estén algunos nombres, y otros se mantengan, la mentalidad continúa siendo la misma: el conformismo. Que estamos muchísimo mejor que hace 10 o 20 años atrás, sí es algo obvio. Pero tampoco podemos seguir abusando de ser memoriosos. ¿Hace cuánto que clasificamos a los torneos internacionales y damos pena en todos? Porque haber estado a un gol de meterse en semifinales pudo haber sido lo más cercano que estuvimos de volver a la época del Equipo de José. Anoche se subestimó al rival de turno, se jugó en al trote y el resultado quedó a la vista. Aunque hubo una mejora respecto a otras eliminaciones, donde los planteos eran temerosos, y sin ambición, como si se tratara de una enfermedad contagiada desde la cúpula piramidal.

El problema de Racing es Racing. Pero como la pelotita entró durante toda la Copa LPF, en las tribunas se dejó de escuchar el cántico de guerra “Milito hay uno solo”. Y no es porque fuera en favor del Príncipe, sino porque lo que el hincha reclamaba era un proyecto ambicioso, ganador y en donde la inversión no se considere un gasto. Por eso mismo, domingo tras domingo vemos al Cilindro en ruinas. Los baños se inundan, las butacas no se limpian y los abonados las encuentran repleta de excremento de los pájaros y palomas que se apostan durante toda la semana. Como así también se padecen las constantes goteras. Y sin ir más lejos, a más de uno se le caído pedacitos de escombro de las plateas altas.

Si el hincha de Racing no comienza a exigir estar a la altura, la mentalidad continuará siendo la de un hincha de Patronato (y sin desmerecerlos) que se conforman con no perder su lugar en la máxima categoría del fútbol argentino. De este lado de Avellaneda, la realidad tendría que ser totalmente diferente. Un club que está ordenado económicamente, ¿realmente no puede dar un salto de calidad? Y tampoco hablo de que los directivos vayan en búsqueda de Phil Foden, Neymar, Erling Haaland y Kevin De Bruyne. Pero cuando solo interesa guardar el dinero debajo del colchón, lo único que importará será el clasificarse a una copa…

Por: Julián Mazzara

Racing Club – El Primer Grande
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