Racing Club El Primer Grande

«Mi gol se tenía que cobrar, fue un offside muy finito»

Gabriel Loeschbor rompió el silencio y revivió el inolvidable título del Apertura 2001.

Loeschbor celebra, junto con Maciel y Úbeda, el gol del campeonato en el 2001.

Fue un grito de desahogo. Fue sacarse el yunque más pesado. Fue despertar de un eterno coma. Racing, nuevamente, estaba vivo y era gracias a un grupo de futbolistas que fueron guiados por un prócer, llamado Reinaldo Carlos Merlo. El Torneo Apertura 2001 quedó en la memoria de chicos y grandes. Todos, a su manera, recuerdan la gesta.

Después de muchísimo tiempo, Gabriel Loeschbor volvió a hablar de lo que significó ser parte de aquel equipo, al que denominó como «guerreros» y recordó que «no pensábamos en salir campeones. Solo pensábamos en ganar para sumar y alejarnos de los promedios, y en un momento nos dimos cuenta que estábamos primeros. Pero Mostaza siempre nos bajaba a la tierra».

En diálogo con El Primer Grande, fue contundente con la manera de jugar que tenían: «El Racing de 2001 salía a jugar sabiendo que iba a ganar», y añadió que «teníamos peleas adentro del vestuario, pero siempre para mejorar».

Loeschbor anotó cuatro goles en aquel campeonato, los únicos que hizo durante su estadía en Avellaneda (disputó 33 partidos entre 2001 y 2002) y contó que «el más lindo fue a San Lorenzo», pero que «en el gol a Independiente no vi que había salido Rocha, solo quería cabecear esa pelota». Además, habló sobre el tanto que significó un campeonato: «Por el contexto del país y lo que estaba en juego, mí gol se tenía que cobrar. Fue un offside muy finito«, reveló.

Después de lograr el campeonato, el Flaco continuó con el contacto con sus compañeros, a quienes los considera como amigos, y volvieron a jugar juntos en dos despedidas hechos muy importantes: las despedidas de Diego Milito y de Adrián Bastía. «Volvimos a jugar después de 18 años todos juntos y lo hicimos en las mismas posiciones. Nunca me pasó algo así con un grupo», aseguró.

Además, contó una curiosidad con respecto al encuentro de aquel 27 de diciembre del 2001, donde Racing se coronó campeón después de 35 años: «Mí camiseta se la regalé a Bauza en ese mismo momento (NdR: era el DT de Vélez). Él me había hecho debutar en Rosario Central y me parecía un lindo reconocimiento dársela».

Por último, manifestó que «Racing me dejó los mejores recuerdos. Fue el equipo que más feliz me hizo. Ese torneo del 2001 me quedo marcado para siempre» y le agradeció el cariño al hincha de la Academia: «Es increíble que, con el paso del tiempo, la gente me siga queriendo tanto. Ese equipo creó una mística«, sentenció.

Por: Julián Mazzara

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