Racing sigue en la senda ganadora. Esta vez fue 2 a 0 ante Cuiabá de Brasil donde el equipo jugó bien y mereció el triunfo ampliamente. Vale la pena remarcar lo positivo y lo no tanto.
Y sigue, Racing sigue. Con este 2 a 0 ante Cuiabá, alcanzó los 13 partidos sin conocer la derrota y la ¡Octava victoria consecutiva!
La Academia sigue de racha pero hay algo mucho más importante: Esta vez volvió a jugar bien y mereció el triunfo desde el primer minuto. Cosa que ante Platense ni River de Uruguay se venía dando así.
La noche permitió festejar la cima del grupo B en la Copa Sudamericana. Permitió ver algunos jugadores en un gran nivel y un interesante juego colectivo. Una noche que dejó muchas más cosas positivas que negativas. En un intento de remarcar ambas, llegamos a las siguientes conclusiones.
El uruguayo jugó desde el arranque y fue clave mientras se mantuvo en el extremo derecho. Rápido, gambeteador y hasta rematador, Fabricio fue uno de los mejores de la cancha.
El delantero volvió a jugar desde el primer minuto y convirtió un lindo gol de palomita. Con movimientos muy interesantes, Correa fue muy agresivo cuando se lo propuso.
El volante se cansó de recuperar pelotas y, a partir de allí, iniciar los ataques. El rival atacó poco, pero tenía espacio para ir al frente que Aníbal se encargó de cubrir. Sólido.
No fue un desastre, en absoluto y hasta hizo un gol. Pero Carlos nunca pudo conectar con sus compañeros ni romper líneas. Parecía que el equipo jugaba una cosa y él a otra. Más allá del tiro libre.
No por los que ingresaron (Mena, Pillud y Gómez), sino que esos cambios a los 72 minutos terminaron desfibrilando el juego asociado que venía proponiendo hasta allí. Puede ser el cansancio, es verdad, pero a partir de allí, Racing no fue lo mismo.
Simplemente es porque estuvieron de más. Racing no buscaba más goles, no cedía la pelota y los brasileños no tenían ni una intensión de atacar a Gómez. A los 80 se había terminad el partido.
Por Federico Dotti
Racing Club – El Primer Grande
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