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Entrevista a Videla

El gladiador que enamoró a la Academia habló de los méritos del plantel para superar los malos momentos.

Videla se ganó el cariño y el respeto de los hinchas de Racing. Foto: LA NACION / Soledad Aznarez

El gladiador que enamoró a la Academia habló de los méritos del plantel para superar los malos momentos; con el recuerdo de Cacho, su padre fallecido, el volante cordobés se ilusiona.

Las medias bajas evidencian la fatiga y el rigor físico que le imprime a cada partido. Siempre finaliza con la misma imagen. Una breve síntesis de Ezequiel Videla que, en un puñado de fechas, enamoró a los hinchas de la Academia. Casi sin proponérselo, en tiempos de idolatrías efímeras y fugaces, el volante central del puntero del torneo de Primera División se calzó el mote de referente. Sin grandes estridencias, su presencia en el medio campo implica garantía para cerrar los espacios y para recuperar el balón mediante el anticipo ofensivo. Pero su función no se limita sólo a eso: también aparece como rueda de auxilio cuando la Academia busca el área enemiga. Un combo tentador para el volante cordobés que está a punto de alcanzar la gloria.

-¿Cómo hacen para abstraerse del tren triunfalista de los hinchas?
-Como hicimos hasta acá. Pensando sólo en cada partido. A este equipo le llega el tren en el momento justo. Son los pequeños momentos los que hacen los grandes momentos. A Racing le tocó River justo en la semana en que definía el pase a la final de la Copa Sudamericana. Anteayer, Rosario Central, que venía de perder la final de Copa Argentina. Son detalles que ahora se observan pero que en la historia no se mirarán si se da el título.

«A este equipo le llega el tren en el momento justo. Son los pequeños momentos los que hacen los grandes momentos»

Como una mueca del destino, Videla arribó a Racing, el club de los amores de Cacho, «el viejo» que, desde 2009, no lo acompaña, pero que él siente que lo sigue en cada partido. «Trato de pensar y, a la vez, de no pensar en él. Sé que ésto es para él. A veces tengo la sensación de que él me dio una gran mano para vivir todo esto. Uno se aferra a esas cosas. Uno quiere creer en esas cosas», dice el gladiador de este Racing que se ilusiona con llegar al mejor de los cielos.

Le brillan los ojos al recordar la memorable remontada en la que Racing venció a San Lorenzo 4-1 y se encaminó al título de 2001. El Cilindro estallaba y los Videla se fundían en un abrazo eterno. Aquella tarde, Ezequiel era un pibe de 13 años que hacía más de 9 soñaba con vivir del fútbol. «Es algo muy loco estar tan cerca del título. En lo personal, también es un regalo para mi viejo. Lo estamos soñando despiertos, dormidos y de todas las maneras posibles», describe un referente del esfuerzo de este Racing conducido por Diego Cocca.

Desde la lucha y el compromiso, Videla se transformó en la referencia obligatoria en el mediocampo. «Venía en un gran nivel a pesar del descenso que me tocó vivir en Colón. Estaba con mucha confianza y cuando llegué, el mundo Racing me hizo sentir muy a gusto. Esto se logra con el sacrificio de uno y con un equipo que funciona», explica el jugador, de 26 años, que realizó las inferiores en Rosario Central sin tener la oportunidad de debutar en primera.

Para Videla, este campeonato planteó un desafío para todo el equipo a partir de un comienzo irregular en las primeras fechas, en las que, incluso, se puso en duda la continuidad del proyecto. «Tuvimos una mala racha en la que parecía que el equipo no aparecía, donde cada uno tenía que demostrar la personalidad que tenía. En ese momento me sentí muy respaldado por el hincha y eso ayuda para seguir adelante en los malos momentos que atravesamos», sentenció.

«Tuvimos una mala racha en la que parecía que el equipo no aparecía, donde cada uno tenía que demostrar la personalidad que tenía»

La conexión con Adrián Bastía, el lugarteniente del equipo de Mostaza Merlo en la última alegría de la Academia luego de 35 años, se torna inevitable. «El Polaco cumplió con una etapa histórica para el club, dejando un título. No quiero parecerme al Bastía de 2001 porque hay toques que son muy personales. Ojalá el día de mañana no sea el Bastía de 2001 sino que sea recordado por mí mismo. Es una ilusión personal que no me quita el sueño. Pero para eso uno debe darle algo al club», apunta.

El desembarco en Avellaneda no fue azaroso. Durante sus vacaciones en las playas de Brasil, tras el descenso con Colón, recibió un llamado que lo sorprendió. «Cuando atendí el teléfono me encontré con Diego [Cocca] para explicarme que me quería en Racing. Me dio las razones y por qué tenía que aceptar el desafío», recuerda.

Tambien dijo:

– Sobre Milito: «Es un gran capitán, como el Chino. No sé cuántas veces voy a tener la chance de compartir plantel con un fuera de serie como Diego» .

– Sobre Saja: «Un capitán, como Milito. Es un arquero enorme que te hace ganar partidos y te hace ganar títulos. Tiene muy claro su rol dentro del plantel».

Fuente: Canchallena

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