Racing Club El Primer Grande

El carácter del líder

Racing ganó un partido difícil. Pero el puntero, además de quedarse con los tres puntos, mostró un costado interesante: Manejó el encuentro con un gran carácter y oficio. Llegó la madurez al equipo de Eduardo Coudet.

Racing demostró que puede superar adversidades sin volverse loco. Gran noticia.
Racing demostró que puede superar adversidades sin volverse loco. Gran noticia.

Cuando la felicidad por el triunfo se va calmando, cuando el DT va terminando la conferencia de prensa, cuando uno va volviendo del estadio en algún medio de transporte, cuando todo eso pasa, llega el momento del análisis. Una búsqueda más certera entre la razón y la pasión que varios minutos atrás lo tapaba todo.

Ahora se puede decir: Racing ganó un partidazo. Y no precisamente por un fútbol brillante y apabullando al rival. Este equipo ganó un partido manejando adversidades como casi nunca en esta Superliga: Con carácter, experiencia y oficio.

Este equipo volvía a salir a la cancha puntero acompañado de Defensa, volvía la obligación de ganar, el fantasma del “se cae” siempre merodeando (sobre todo en la prensa), volvía a salir con la obligación de no fallarle a su gente en casa en el primer partido del 2019.

Por eso, por todo esto, el equipo sacó adelante el partido. Ganó tres puntos fundamentales en un momento delicado de la Superliga. Empezó la seguidilla de partidos del mes de febrero. Y ganar era lo más satisfactorio.

Incluso luego del empate de Huracán es donde se vio lo mejor. Lo que, hasta ahora, costaba ver: El carácter necesario para afrontar el protagonismo del partido.

El empate llegó en un momento bisagra. Racing venía de errar 3 veces seguidas el segundo gol. Y quedaban 40 minutos para intentar dar vuelta la historia. Esa presión podía ser contraproducente.

Pero Coudet entendió que era el momento de tener la pelota, hacer triangulaciones, generar espacios a partir de la tenencia y ser pacientes. Justamente eso era lo que le pedía, a los gritos, a sus jugadores.

Y esto dio resultado. Racing no entró en pánico. Se acomodó a la necesidad sin cambiar el libreto. Aun asumiendo algunos riesgos en defensa, el equipo continuó la búsqueda del gol con su arma favorita: la posesión de la pelota y del terreno. Adelantó sus filas pero no tiró “pelotazos”. Se agrupó buscando jugadores “libres”. Además de ir tocando buscando los espacios o las llegadas “por sorpresa” como la de Saravia tras un pase de Díaz que no pudo definir.

Los minutos corrieron y el gol no llegaba. Cvitanich saltó al campo de juego para agregar más juego y peligro en ofensiva.

Fue así que el toqueteo entre Centurión, Saravia y Cvitanich desembocó en un pase frontal para que Pol Fernández pateara y la mano de Alvarez le diera el penal necesario para romper el marcador.

Ese juego, esa justeza y esa eficacia entre pases, hicieron muy peligroso a la Academia. Fue la clave para ganar el encuentro.

El tercer gol fue otra muestra, aún mayor, de esta teoría del carácter: 12 pases seguidos hubo en el gol de Sigali. Paciencia, tranquilidad y cambios de ritmo fueron la vedette de la noche. Porque la tocaron 5 jugadores pero la definieron Domínguez con pase al Oso Sigali. O sea, la movilidad criteriosa para ser profundos.

La jornada dejó a Racing más puntero que nunca, pero con la novedad que está preparado para dar batalla con más herramientas. “Los rivales nos van tomando la mano” dijo el DT en conferencia. Pero su equipo da muestras de estar preparado para afrontar las 8 finales que quedan. “Partidito a partidito” dijo Licha una vez consumada la victoria. Pero cada vez más aplomado en el objetivo que todos quieren.

En definitiva, Racing mostró el carácter del líder con todas las letras. No se olvidó de nada. Ganó en este aspecto también.

Fede Dotti
Por Federico Dotti

Racing Club – El Primer Grande
www.elprimergrande.com

COMENTARIOS