Racing Club El Primer Grande

«El balance es más que positivo»

Javier Bustos, el preparador físico del plante, esta conforme con el laburo que vienen realizando desde que agarraron el plantel.

Javier Bustos dejó su impresión del trabajo que vienen realizando (Foto Racing Club).

Así, firme y sin vueltas, sale la frase de la boca del entrevistado en un momento del diálogo. Bastante de eso hay y analizarlo desde el plano de las ideas es algo que siempre vale la pena. Por eso, la invitación que Racingclub.com.ar le hace a Javier Bustos, uno de los preparadores físicos del cuerpo técnico, para una entrevista exclusiva recibe una aceptación inmediata. Y el resultado es una jugosa serie de respuestas que tienen, por supuesto, al fútbol en el centro de la escena. 

– Llevan algo más de un mes trabajando. ¿Qué conclusiones sacan de este tiempo al frente del plantel?

– El balance es más que positivo, sobre todo por la recepción que tuvo el grupo al trabajo. Nos encontramos con jugadores predispuestos a entrenarse y eso que nuestra metodología es algo atípica. Nosotros creemos en esta forma de trabajar que, por ejemplo, no toma el concepto de pretemporada clásico sino que la toma como parte de un entrenamiento global al que llamamos sistemático o dinámico. 

– ¿Cuáles son las diferencias entre la metodología de ustedes y la más tradicional?

– Son varias cosas. Nosotros no creemos en la acumulación de trabajo para que te dure de cara a todo el torneo. Yo no puedo decir  que vamos a estar rápidos contra Independiente en la quinta fecha porque es una barbaridad. No hay nada comprobado científicamente que te diga que si se trabaja de determinada manera durante seis semanas vas a estar bien en octubre. Entonces, el objetivo es que el equipo esté preparado para la primera fecha, que disponga de la mayor cantidad de herramientas posibles para ese momento. Además, antes los volúmenes de trabajo se medían en distancias y ahora estamos hablando más de situaciones de juego, de conceptos de juego. 

– ¿Y cómo se ven en la práctica cotidiana esas diferencias? 

-En todo. Para empezar, el equipo no arrancó ni corriendo ni subiendo una montaña. Arrancó con la pelota. Después, nosotros planificamos el trabajo en cinco etapas, que se dan todas al mismo tiempo. Lo que varía es que, según el momento, hay una que predomina sobre las otras. La primera tiene que ver con el acondicionamiento físico, con la reincorporación del jugador a los entrenamientos. La segunda es más conceptual porque es cuando comienza a volcarse la idea de juego. En la tercera, el eje está puesto en el aprendizaje cognitivo, en que el futbolista entienda qué demanda cada sistema de juego. La cuarta implica conocer a fondo al jugador, conocer su historia para enfocarlo como individuo. Y la quinta, que sería la última que se da, es en la que los chicos empiezan a crear a partir de los conceptos vistos.

– ¿Podría decirse que la metodología que utilizan es integral?

– Algo así. Aunque, en general, la llamamos dinámica. Antes, el trabajo integral era hacer un circuito técnico o físico-técnico. Nosotros, en cambio, hacemos ejercicios que tienen componentes físicos, técnicos, tácticos, conceptuales y psicológicos. Estos trabajos exigen diferente y se parecen mucho más a las situaciones reales de juego. En esta idea, es fundamental el nivel de complejidad, al que fuimos variando desde el principio de la pretemporada. Por ejemplo, arrancamos con tareas de posesión y le fuimos agregando a la misma tarea definición, recuperación y transición en ataque-defensa. Y eso es mucho más complejo. Por supuesto que también hay que tener en cuenta el momento de la semana porque, después de los partidos, hay un agotamiento físico y mental que impide altos niveles de complejidad. 

– ¿Los jugadores se adaptan bien a esta manera de encarar el trabajo?

– Sí, por suerte sí. Nuestra clave es que los jugadores no solamente corran sino que corran y que piensen. Eso es más difícil pero mucho más fructífero. Porque se le reclama una concentración general, algo que no sucede con los trabajos analíticos, como las pasadas o el levantamiento de pesas. Lo global significa exigirle al jugador que, cuando la reciba, la tenga que pasar a un sector determinado; y que, si la pierde, deba meterse en otra zona a marcar; o que, si la pierde su compañero, tenga que ir a cubrir otra zona. Por lo general, los jugadores están muy acostumbrados a cumplir solamente con su función. Y no es así: son integrantes de este juego y tienen que ayudar al equipo de forma comprometida.


Así, sin que el paso de los minutos condicione al tipo que pregunta y al tipo que contesta, trascurre una extensa charla que se da en la sala de videos del vestuario local. Ahí, en el sitio donde Diego Cocca y sus colaboradores planean la construcción de un equipo que, si bien debutó con una victoria en la Copa Argentina, todavía está armándose, Racing y la pelota son los grandes protagonistas. Y Bustos profundiza la argumentación sobre el rumbo elegido por ellos para lograr la meta. 


– Mucho se discute hoy sobre cuánto tiempo debe entrenarse un equipo. Los principales técnicos del fútbol europeo recomiendan que cada práctica dure lo que dura un partido. ¿Qué piensan ustedes sobre esto?

– Es una discusión importante. Mucho se habla de cuánto se trabaja pero la clave es cómo se trabaja, cómo se aprovecha el tiempo. Es lo mismo que con la escuela. Todos saben que la capacidad de atención tiene cierto límite y que no se puede forzar demasiado. Nosotros, en Pilar, muchas veces hicimos doble turno porque nuestro objetivo era fortalecer el vínculo con el grupo. Pensá que nosotros, que llegamos hace poco, teníamos que generar de cero la relación con los jugadores. Entonces, lo que hicimos fue regular las cargas para estar más tiempo juntos y producir ese intercambio. Pero, en general, le damos una alta carga de intensidad a cada cosa. A cada trabajo lo hacemos durar de promedio media hora pero con mucha exigencia. Y eso es un desgaste muy grande.

– ¿Qué valor tuvo para ustedes la estadía de casi diez días en Pilar?

– Siempre para generar un grupo tenés que convivir con el grupo. Y no es lo mismo cuando pasás un par de horas por día que cuando te levantás con tus compañeros, cuando comés con tus compañeros, cuando los ves todo el día. También pasa que, en ese período, se exige un poco más en lo bioenergético y, con los jugadores concentrados, uno se garantiza que se cuiden más y mejor. Porque el que está descompensado muscularmente tiene más riesgo de lesión. La parte preventiva la encaramos como un trabajo en equipo y lo hacemos junto a los kinesiólogos y a los médicos. Esto colabora con que el entrenador tenga la mayor vida útil posible de cada jugador. 

– Durante la pretemporada, jugaron varios amistosos. ¿Fue casualidad o parte de lo planificado?

– Es una característica nuestra. Porque eso nos permite ver errores puntuales y, a la vez, trabajar con todos y con cada uno sobre lo que no salió bien. Eso no significa que se vean inmediatamente resultados pero es parte de la metodología para ir puliendo cosas. Por ejemplo, es muy común que en el fútbol haya un gran quite y que después se entregue mal la pelota. Y eso es un esfuerzo grande desde lo condicional que no arroja beneficios en el juego. Y hay que cambiarlo. Además, antes era común evaluar mucho fuera de competencia. Ahora, creemos nosotros, lo mejor es medir al jugador jugando, que es donde debe rendir. Se pueden hacer distintos test pero no son fundamentales. 

– Entre otras cosas, la metodología que ustedes usan modificó el rol del preparador físico. ¿Cómo te afecta eso?

– La función nuestra cambió mucho. Cuando yo aprendí a trabajar, era totalmente diferente porque te fijabas más en que el jugador mejorara sus marcas, que corriera más kilómetros, que saltara más alto. Ahora no. Yo ya no creo más en la preparación física sino en la preparación del futbolista. Lo importante es que llegue a cumplir una función lo mejor posible dentro del campo de juego. 

– ¿Y cómo fue el proceso de aprendizaje de todo esto? Porque no suele ser sencillo cambiar de forma tan radical la manera de pensar.

– A mi me cambió la cabeza estar en España y leer a Paco Seirulo, que fue durante muchos años el preparador físico del Barcelona. Me acuerdo de que, hace ya bastante, el Barcelona tenía en su plantel a Sergi, que era el más veloz por escándalo. Sin embargo, el que más rápido resolvía las situaciones de juego era Guardiola. Entonces, ahí entendí que en el fútbol la velocidad está relacionada con la toma de decisiones y con la eficacia. Si no tenés relación con la eficacia, directamente no sos rápido. ¿Para qué te sirve tener una marca muy buena de velocidad si después, cuando llegás al arco contrario, no resolvés bien?

– En el fútbol argentino, todavía hay muchos que se recuestan en las metodologías antiguas y que le dan poco lugar a las corrientes nuevas. ¿Por qué pensás que pasa?

– Porque este fútbol no es para cualquiera, porque tiene un contexto diferente al de cualquier parte del mundo. En Europa, por ejemplo, se trabaja sobre la base de entrenamientos contextualizados y acá, por el entorno, pasa todo lo contrario. Mirá, desde mi punto de vista, uno tiene que tomar cosas de todos y armar su propio estilo. Yo te puedo hablar de lo que aprendí de Seirulo o de Rui Faria, que para mí son impecables. Pero también me formé con Santella y aprendí muchas cosas de él. Acá hay entrenadores que salieron campeones con la pretemporada tradicional y que confían en eso. Y, además, acá es muy difícil trabajar porque estás obligado a tener una capacidad de resolución grande por la gran cantidad de imprevistos que hay todo el tiempo. 

– Está por comenzar el torneo, se ganó ya por la Copa Argentina y la expectativa del hincha es grande. ¿Cuánto hay que esperar para que se vea el equipo que ustedes quieren?

– Es difícil precisarlo. Tiene mucho que ver con el convencimiento del trabajo. Y para eso, para generarles confianza, tenés que ir logrando resultados en el juego y que los jugadores vean que lo que están haciendo sirve. Usamos mucho para eso el video porque es una buena manera de mostrarles cosas interesantes para que mejoren. Nosotros creemos que la legitimidad te la ganás cuando sos capaz de predecir lo que va a pasar en la cancha. Esa es el único modo de lograr credibilidad. 

Fuente: www.racingclub.com.ar

Racing Club. El Primer Grande.
www.elprimergrande.com

COMENTARIOS