Racing Club El Primer Grande

De rebote en rebote

Como en el clásico de barrio, Racing atacó mucho pero, sin Milito, volvió a chocar contra el área. Lanús, con poco, le armó flor de lío.

El equipo se fué indignado. Vamos muchachos!

Como primera medida conviene separar los tantos. Colocar al impresentable arbitraje de Andrés Merlos en un rincón y reunir a las carencias futbolísticas en otro. Racing una vez más fue ostensiblemente perjudicado por un juez (como en el clásico de Avellaneda), pero al igual que ese duelo de barrio no le alcanzó sólo con el afán de subir la pendiente con el resultado en contra. Estos ingredientes, más la crispación de la gente, condujeron al equipo hacia un manojo de nervios. Lanús, ordenado atrás y con un par de luces adelante, se aprovechó de eso y lo quebró. Con poco, sí.

Inmejorable había arrancado la tarde para Racing. Al minuto ya sonreía por el gol de Centurión en el marco de una presión alta, ataques con buena población, posesión de pelota, cambio de ritmo con Hauche, carácter en la pronta recuperación. Le duró un rato, nomás, esa sensación -fundada- de que controlaba el partido con protagonismo, de que el Granate casi que no podía llegar con claridad a tres cuartos. Llegó el enojo de todo Racing con el árbitro y encima el Demonio, el mejor del equipo, se lesionaba.

La Academia volvió a chocar de frente contra su impericia ofensiva. Sería injusto achacarle a este equipo falta de actitud; demuestra determinación en sus avances, en las ganas. No está ahí su deuda, sino en la terminación de lo que inicia. No le puede poner el sello al trámite que empieza. Queda a mitad de camino. Sin Milito es un equipo con menos que muchos otros. Pierde fuego en el área. Y hablando de perder, Cocca perdió mucho tiempo en el torneo con Acevedo en cancha en vez de Aued, quien a diez minutos de haber entrado ya había hecho mucho más que Nelson. La permanencia excesiva de Acevedo como titular al menos hasta ayer dejó expuesto al técnico, también apuntado por elegir a Bou como reemplazante del gran Milito…

Merlos no tuvo la culpa de que Racing en todo el segundo tiempo se repitiera en centros mal tirados, mal cabeceados o, vaios de ellos, no conectados por la falta de un 9 nato (Bou es mediapunta). Sin pase filtrado ni alguien que rompa con una gambeta cerca del área, a Racing le falta un creador, un buen recambio de Milito, un volante por derecha incisivo. Tampoco Merlos fue el responsable de que Centurión se hiciera echar. Racing, de nuevo, en una atmósfera espesa. Y se viene Boca.

Fuente: Olé

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