Racing Club El Primer Grande

Costas siempre presente

Gustavo Costas, ídolo académico y partícipe del inolvidable campeón de 1988, demuestra que su corazón y sus valores, son igual de grandes fuera de la cancha.

Primero cómo mascota del equipo de José en 1967. Luego, como (tremendo) jugador y capitán del primer equipo. Y finalmente, poniendo el pecho en la función de técnico en momentos muy complicados de la institución. Gustavo tuvo, tiene y tendrá una relación inquebrantable con la Academia y sus hinchas.

Sin embargo, no ha tenido nuevas oportunidades de dirigir al amor de su vida, como el mismo lo describe, ni tampoco a otros clubes del medio local. Nadie es profeta en su tierra, y, por lo tanto, decidió emigrar. Inicialmente hizo escala en Paraguay, pero la lista de planteles que estuvieron bajo sus órdenes nos lleva también a: Perú, Arabia Saudita, Colombia y México. En la mayoría, con grandes resultados.

Hoy se encuentra nuevamente en el país vecino donde comenzó su historia como DT, pero debido a la situación que nos presenta el coronavirus, decidió apartarse momentáneamente de su función habitual, para brindarse al servicio de los más necesitados.

El “Mariscal”, se acercó junto a los bomberos, para llevar bolsones de alimento y de artículos de limpieza a diferentes zonas carenciadas, y de esa manera, ayudar al foco más vulnerable de la sociedad.

Sin dudas, un legítimo representante del corazón racinguista, que quizás, en algún momento, tenga una nueva chance de en nuestra amada institución.

R+

Por Ariel Gutierrez.

 

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