Racing Club El Primer Grande

«Si nos salimos del camino, no vamos a lograr nada»

"Somos un grupo maduro", advierte el volante de Racing,que ahora tiene un desafío mayúsculo: la Copa Libertadores

Para el volante cordobés es vital que, tras el título, Racing se enfoque en lo que viene con la Libertadores como gran objetivo. Foto: LA NACION / Soledad Aznarez.

El «Videeeela, Videeela» ya es un hit de los hinchas de Racing. En el ranking musical, la intensidad del cántico sólo está debajo de los dos ídolos del plantel: Sebastián Saja y Diego Milito. Con apenas un semestre, el melenudo mediocampista central nacido en Cosquín (Córdoba) hace 27 años se ganó a la gente a fuerza de músculo y ganas. Es el pulpo blanquiceleste, el encargado de recuperar la pelota y encontrar con ella a los atacantes. Pese a los éxitos y al título conseguido en 2014, Ezequiel Videla sabe que lo peor que puede hacer el equipo de Diego Cocca es recostarse en los laureles. Por eso redobla la apuesta, con la Libertadores como objetivo principal.

– ¿Es especial para vos este momento, luego de haber sido campeón con Racing?

– Después de lograr el campeonato todo es especial. Más, en el mundo Racing: todo se agiganta. Lo estamos pasando muy bien porque el cariño de la gente se hace sentir. Estamos bien como grupo: fue una alegría muy grande, pero ya hablamos con algunos chicos y les dijimos que el título hay que tomarlo como una etapa pasada. Arrancó un buen año: tenemos que tratar de insistir en lo que veníamos haciendo y hacer un buen torneo como el anterior. No salirse del camino: el convencimiento que tuvimos el torneo pasado fue una de las claves que hicieron que Racing pudiese lograr lo que logró. Si nos salimos del camino no vamos a lograr nada.

– ¿Es difícil cambiar ese chip?

– Está en nosotros. Soy muy positivo en la vida. El chip, lógicamente, va a estar bien puesto si nosotros somos capaces, realmente, de saber lo que queremos, lo que nos hace bien. Se nos viene un año muy difícil, pero está en nosotros. Somos un grupo maduro y si nos relajamos vamos a errar el camino.

– ¿Sos consciente del salto de calidad que dio tu carrera desde que volviste de Chile?

– Sí, por ahí en la U de Chile he aprendido varias cosas. Me ha tocado la etapa más dura de mi carrera por varias cosas: por lesiones, por algunos problemas con un técnico que tuve. He tomado la iniciativa conmigo mismo de que era el momento de madurar en ciertos aspectos de mi vida. Creo que lo hice. También tuve, más allá del buen trabajo, la suerte de hacer un buen torneo en Colón y otro en Racing, que se coronó con un título después de un descenso.

– El año pasado te tocaron las dos cosas: la decepción por el descenso y la alegría del título. ¿Qué reflexión podés hacer? ¿La alegría es más efímera?

– Soy partidario de pensar y decir que las alegrías siempre duran menos que las tristezas. Hasta el día en que salí campeón, siempre he sufrido el descenso de Colón. Por ahí, con el título de Racing se me fue cerrando un poco la herida. Considero, desde lo futbolístico, que lo de Colón fue muy injusto, pero era una de las cualidades por las que yo iba: sabía que iba a ser difícil, pero que la podíamos pelear. En lo personal me sentí muy bien. El equipo también. He leído también que, si no me equivoco, hay 16 o 17 jugadores que se fueron al descenso y salieron campeones el mismo año. Es un toque de suerte, pero también es la predisposición, el esfuerzo que uno pone. Si me quedaba encerrado en la amargura de Colón no hubiese sido lo que fui en Racing. También es una felicitación que me regalo yo mismo, por querer salir de aquello, por lucharla siempre.

– Dijiste que maduraste en tu vida personal. ¿Lo trasladás a la cancha?

– Sí. Mi estilo de jugador, por ahí, es más guerrero que lírico. Pero pienso que la experiencia es lo que hace que uno vaya madurando, cambiando, que sepa qué tiene que hacer y qué no. En otro equipo he cometido errores desde lo futbolístico que me han costado críticas y momentos duros.

-Por ejemplo..

– Jugadas puntuales. Hubo una jugada que me quedó grabada en la U de Chile, donde como último hombre cometí un error y nos hicieron un gol. A partir de ahí me dije: «Nunca más salgo jugando desde abajo». Son pequeños detalles que hacen que un jugador vaya creciendo.

– ¿Cuánto influye tener en el plantel a dos líderes como Saja y Milito, especialmente de cara a lo que vendrá?

– Influye. Es muy positivo tener a Diego y a Seba por el mismo camino. Son dos referentes, dos personas que saben lo que quieren. Es una ayuda muy importante dentro y fuera de la cancha para nosotros.

– ¿Vos qué tenés que mejorar?

– Lo que me gustaría cambiar, pero va a ser muy difícil, es no sufrir mucho con el fútbol: hay días que no puedo dormir. Después de que quedamos punteros, lo hablaba con mi hermano: él me decía que disfrutara del momento. Mi señora también. Y yo le decía que era imposible. Ella me decía: «Pero, si estás puntero, ¿cómo no vas a disfrutar?». No, no disfrutaba, porque si se me escapaba lo de Racing, para mí era un fracaso. Escucho y veo gente que es más tranquila que yo y los admiro. Ojalá que lo pueda cambiar para vivir más tranquilo. Pero si es la forma en que me toca vivir el fútbol, lo voy a seguir sosteniendo.

– ¿Estás más tranquilo ahora que cuando estabas en Instituto?

– Con la experiencia y el aprendizaje que uno va sumando, uno está más tranquilo. Me doy cuenta de que ya paso a ser más del grupo de los grandes, y tengo que tener cierta tranquilidad para sentirme seguro yo mismo. También es muy importante que los chicos que recién suben nos vean a los más grandes realmente seguros y convencidos del camino elegido.

Fuente: Canchallena.

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