Seguir por la senda

En un partido que nos dejó la alegría de los tres puntos además de algunas otras cosas, quedan conceptos a seguir mejorando, para arrancar con todo un torneo muy corto, donde los primeros resultados pueden marcar la suerte en el mismo.

En la antesala del encuentro jugado anoche por la segunda fecha de la copa Libertadores, me pareció percibir una subestimación por el rival, que, a mi gusto, sonó desmedida. Y no hablo del plantel, sino del entorno. Y si bien luego, dentro del campo de juego, La Academia contó con muchas situaciones para que el resultado final sea más que la mínima diferencia obtenida, en la única aproximación peruana a los ochenta y cuatro minutos, la injusticia pudo haberse hecho presente.

El trámite del partido fue todo para el equipo local, lo que describía la presunción marcada. Sin embargo, en este deporte gana el que más veces mete la pelota en el arco rival, y durante un rato largo, en ese ítem, las cosas estaban igualadas.

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Vi un Racing muy decidido, con las ideas claras, fallando en la puntada final. Arremetiendo constantemente, presionando alto, quitando rápido, pero diferente una vez que poseía el balón. Vi un equipo más vertical, apurado por convertir, buscando en cuatro o cinco pases establecer la diferencia en el marcador. Vi dominio sin posesión.

¿Me disgusta? No, de ninguna manera. Me agrada que pueda establecer dos conceptos de juego diferentes, dos caras distintas para elegir. La de la sucesión “de los 800” pases alrededor del “Chelo” Díaz, enloqueciendo y obligando al rival a salir a buscar hasta encontrar el hueco, o la vertiginosidad de Garré, Fértoli o Reniero en un ataque franco y directo.

Un plantel versátil, con alternativas aceitadas, siempre va a tener ventajas y posibilidades mayores de llegar a la victoria.

A considerar, claramente, la ineficacia para transformar la cantidad de ataques en goles, de ahí mi preocupación por la superioridad que algunos suponían antes de iniciar, que no quedará plasmada hasta que la “pelotita no entre”.

Ahora nos toca enfocarnos en la copa de la Superliga, un torneo corto, “relámpago” se llamaban en mi época los torneos que empezaban y terminaban rápidamente. Éste es un poco así dentro de la locura de nuestro fútbol, ya que son solo once fechas, semifinal y final. Por lo que un buen comienzo es fundamental para tener chances concretas de pelearlo. En este punto, la suspensión de la Libertadores, puede ayudar, ya que, lo que iba a ser recambio y rotación por la gran cantidad de partidos en pocos días, vuelve a transformarse (por ahora), en un match semanal.

Así que a enfocar los cañones a Mar del Plata con todo lo que tenemos. Ponerse en modo torneo local rápidamente, y seguir por la senda de la consolidación de un sistema en búsqueda de grandes objetivos. Lo mejor está por venir.

R+

Por Ariel Gutierrez

Racing Club – El Primer Grande
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