Racing Club El Primer Grande

Se rompió el mejor

¿Augusto Solari? No. Lo que está roto es el último campeón del fútbol argentino. Racing carece de algo más que una crisis de los protagonistas. Este equipo está partido, desorientado y no sabe qué jugar.

Imagen del partido jugado en 2019

El partido con Central Córdoba quedó atrás. Una vez más, La Academia no ganó. Eso no es el único inconveniente. El problema es que este equipo luce desconocido, sin sus mejores características ni por asomo se asemeja al conjunto que supo levantar el trofeo de la Superliga pasada.

La crisis no parece, a priori, problema de los apellidos exclusivamente. Sino que es una sumatoria de cosas que terminan dando como resultado este presente: tres puntos de doce posibles.

“El plantel hizo una autocrítica enorme.” Dijo Gabriel Arias una vez consumado el empate en Santiago del Estero. “Creo que, en líneas generales, jugamos bien. Nos falta de todo. Tener tranquilidad para definir. Con trabajo lo vamos a poder lograr. Esto tiene que ser el puntapié para que Racing gane.” Dijo el chileno Díaz. Pero lo cierto es que el equipo campeón no aparece. Justamente él, el “cerebro” del equipo, está jugando puntos por debajo de su nivel. No elige las mejores opciones de los pases, se lo nota lento y con una lectura de juego un tanto confusa.

Desde aquí se pierde la primera batalla. El que debe ordenar, cortar, aportar juego no lo hace. En la mitad de la cancha, a su vez, están desorientados. Matías Zaracho no está jugando bien, no aporta juego y opciones para sus demás compañeros. Solari venía en franca levantada pero, claramente no debe jugar por el sector izquierdo del campo. Matías Rojas aún no llegó a Racing, parece desconectado. Montoya otorga fútbol de a ratos y Barbona es más una insinuación que otra cosa.

En la delantera, Reniero no aparece y Lisandro López erra la única que le queda por partido. En defensa, los cambios de nombres, ya sea por lesión o táctico, no brindan ningún tipo de seguridad. El mejor de este campeonato es Nery Domínguez y no es defensor.

Lo grave viene acá: la falta de estilo de juego. Racing corre, mete, presiona y genera situaciones. O mejor dicho lo hacía. Sus laterales marcaban y en el medio se conectaban para llegar por cualquier franco de la cancha. Hoy las transiciones se volvieron muy lentas. No hay presión en el mediocampo, no hay una marca férrea desde el retroceso y eso lo resiente todo el equipo. Al equipo de Coudet, lo atacan con superioridad numérica en cada sector del campo. Esto antes no pasaba.

Lo que es peor es que se volvió previsible. Sin saber cómo ni cuándo, maneja la pelota sin sentido alguno. Debe lateralizar o jugar para atrás porque no encuentra pase ni ideas para revertir esto.

Y lo que es peor es que no son solamente los jugadores. Porque resulta fácil y sencillo empezar a cambiar a los protagonistas. Pero ¿Es mejor Cristaldo que Reniero? ¿Evelio Cardozo tiene lugar en el equipo? ¿Mauricio Martínez puede aportar seguridad? ¿Es Rodríguez Bebanz la solución?

En un equipo que no juega bien, ningún apellido puede cambiar la ecuación. Este Racing está roto. Deberá reagrupar las ideas y volver a llevarlas al campo de juego. Debe insistir en la tenencia “efectiva” de la pelota y no sin profundidad. Lo grupal despertará lo individual.  No puede ser que, de los últimos 10 partidos, solo se haya ganado uno.

Nadie está pidiendo la cabeza del entrenador ni destruir a nadie. Lo que se pide es un plan de juego, una conducta a seguir que vuelva a encausar los resultados. Hoy este equipo está roto. Tiene tiempo para revertirlo.

Fede Dotti
Por Federico Dotti

Racing Club – El Primer Grande
www.elprimergrande.com

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