Sacarse la modorra

Con más de una semana de entrenamientos a cuestas, el plantel sigue activando la vuelta y prendiendo motores para el primer duelo ante Nacional de Montevideo. A mí, me está costando.

Veo un Beccacece enchufado como siempre, un Licha de 20 años y un plantel sonriente y ansioso en cada práctica realizada. Observo una vuelta cuidada, que incrementa de a poco y día tras día la intensidad del trabajo. Comenzaron con grupos de 6 deportistas, ahora la suma llega a diez y en breve podremos disfrutar de un “partido de fútbol” entre compañeros, como si esto fuera extraordinario. ¡Qué tiempos vivimos!

Sin embargo, la duda que me invade es si llegaremos a tiempo. Veo a nuestros próximos rivales y noto que los uruguayos están a pleno, que los peruanos debían comenzar esta semana, y los venezolanos se encuentran como nosotros, entrenando pero sin competir. Por eso, cuando digo a tiempo, no es en relación con el resto, sino con nosotros mismos.

A tiempo de retomar la rutina. De dejar de pensar en una serie de Netflix, para enfocarnos en los objetivos propuestos. A tiempo de escuchar la palabra zoom y pensar en el tema de Soda Stereo, y no en una plataforma digital por la que transcurre toda nuestra vida, la de mis hijas, el perro y el gato. Quiero mirar el celular para saber si tengo algún WhatsApp y enterarme a qué hora arranca la “Caravana” para el Cilindro, no para conocer que se juega primera ronda de Europa League y se enfrentan Basaksehir de Turquía versus Malmo de Suecia.

Espero que el plantel esté compenetrado y con las convicciones intactas, falta menos y la esperanza se agiganta. Lo que parecía incierto ya no lo es tanto y la fecha del regreso sigue firme. Hay que estar atentos, rápidos y dinámicos. A mí, me está costando.

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Por Ariel Gutierrez.

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