Racing Club El Primer Grande

Racing, el primero en ganar la Supercopa

Hace 31 años la Academia se quedó con la primera edición del torneo continental. Empató en uno con Cruzeiro en Belo Horizonte y fue campeón gracias al 2 a 1 de la ida.

Arriba: Carlos Olarán, Miguel Colombatti, Gustavo Costas, Miguel Ludueña, Néstor Fabbri y Ubaldo Fillol. Abajo: Carlos Vázquez, Walter Fernández, Jorge Acuña, Rubén Paz y Omar Catalán.
Arriba: Carlos Olarán, Miguel Colombatti, Gustavo Costas, Miguel Ludueña, Néstor Fabbri y Ubaldo Fillol. Abajo: Carlos Vázquez, Walter Fernández, Jorge Acuña, Rubén Paz y Omar Catalán.

En 1988 la Conmebol decidió crear un torneo con todos los clubes que alguna vez habían ganado la Copa Libertadores de América, Racing fue uno de los trece participantes ya que levantó el trofeo en 1967. La Academia hacía tiempo que estaba pasando un momento institucional difícil a nivel político y económico, y en cuanto a lo deportivo venía realizando buenas campañas tras volver a jugar en primera en 1986.

«Como es la primera vez que se juega este campeonato, es precisamente el título que le falta ganar a Racing» decía el defensor Néstor Fabbri, una de las figuras de aquel equipo dirigido por Alfio Basile, que entre sus filas tenía la jerarquía del campeón del mundo Ubaldo Matildo Fillol y la calidad del uruguayo Rubén Paz.

La Academia tenía equipo para dar pelea en la nueva copa, y para lograr levantarla primero debía superar al Santos de Brasil, el rival que le tocó tras el sorteo de emparejamientos. En la primera ronda, la de octavos, Nacional de Uruguay avanzó directamente ya que al ser un número de equipos impar (trece) alguno iba a salir beneficiado. El torneo comenzó el 10 de febrero con el cruce entre Independiente y Cruzeiro de Brasil. El de Avellaneda cayó 2 a 1 como local en el primer partido de la copa, también fue derrotado como visitante y quedó eliminado, su verdugo más adelante enfrentó a Racing en la final.

El turno de debutar para la Academia fue el 24 de febrero, el partido de ida de octavos de final se jugó en Avellaneda y el equipo de Basile superó al Santos por dos tantos contra cero con anotaciones de José «Toti» Iglesias y Miguel Ángel Colombatti. Ambos llegaron a partir de sendos tiros de esquina ejecutados por Jorge Acuña, en el primero, a los 31 minutos, el arquero estuvo flojo en la salida, dejó la pelota suelta en el área chica, le cayó en los pies a Iglesias y solo tuvo que empujarla; el segundo fue un centro certero a la cabeza de Colombatti que llegó sin marca y puso cifras definitivas. La vuelta se jugó el 3 de marzo en el Estadio Vila Belmiro, Santos, el marcador no se abrió y con el empate Racing obtuvo el pase a los cuartos de final.

Walter Fernández con la Copa.

Tal como Nacional de Montevideo en la fase inicial, en la etapa de cuartos el favorecido fue Racing que no tuvo rival y avanzó directamente a semifinales. El equipo a vencer para llegar a la final fue River Plate, que venía de eliminar a Gremio con un global de 3 a 2. El Millonario era dirigido por Carlos Griguol y contaba con figuras como Ruggeri, Caniggia y el «Negro» Omar Palma.

El primer partido se jugó el 25 de mayo, día del cumpleaños número 87 de River. La Academia le amargó el festejo ya que se impuso en el Cilindro por 2 a 1 con un doblete de Walter Fernández, Jorge Borrelli marcó el descuento del conjunto de Núñez. «La ventaja no nos va a condicionar. No le va a resultar fácil a River llevarnos por delante, sobre todo porque nosotros no vamos a abandonar el protagonismo que siempre nos caracterizó» declaró Miguel Ángel Ludueña antes de la revancha que se jugó en el Monumental el 1 de junio. Griguol volvió a contar con dos importantes jugadores como Héctor Enrique y Antonio Alzamendi para el equipo titular. El partido fue muy complicado, el local se puso al frente a los veinte minutos del segundo tiempo gracias a un gol de Gutiérrez de penal e igualaba la serie, pero cuando ya se jugaba el tiempo adicionado, el defensor Néstor Fabbri empató de cabeza y desató la locura racinguista, «La Tota» le dio la clasificación a la final al conjunto de Basile.

Racing estaba a dos partidos de volver a levantar una copa internacional, tras 21 años desde la obtención de la Copa Intercontinental en 1967. Enfrente lo tenía al Cruzeiro de Brasil, que llegó a la definición del torneo por eliminar a Independiente, Argentinos Juniors y Nacional de Montevideo. Los brasileros habían perdido un partido en Uruguay y habían ganado los cinco restantes que jugaron.

La primera final se jugó en Avellaneda, la Academia arrancó abajo en el marcador por un gol de Robson a los 36 minutos, pero no tardó mucho en conseguir el empate por medio de un penal que Walter Fernández cambió por gol a un minuto de finalizar la primera mitad. Sobre el final del complemento Racing volvió a lastimar, Fernández desbordó por la banda izquierda, se sacó dos hombres de encima, llegó a linea de fondo y tiró el centro atrás para Colombatti que definió contra el palo izquierdo del arquero Wellington. Victoria racinguista en la agonía del partido y una buena ventaja para ir a Belo Horizonte,  en donde Cruzeiro no había recibido goles en toda la copa.

Si Cruzeiro ganaba el partido de vuelta, todo se tenía que definir en un tercer partido, pero eso no estaba en los planes del entrenador académico que manifesto con confianza que “No habrá tercer partido”.

La revancha se jugó hace veintinueve años en el Estadio Mineirao, aquel sábado 18 de junio Racing formó con Fillol, Vázquez, Costas, Fabbri, Olarán, Acuña, Ludueña, Colombatti, Paz, Catalán y Fernández; desde el banco ingresaron Pérez y Medina Bello. El momento clave del partido fue a los 42 minutos del primer tiempo, desde su propio campo, Costas pateó un tiro libre y le dio un pase largo a Fernández, éste asistió a Omar Catalán que se llevó la pelota  entre los defensores del equipo brasilero con algo de fortuna y definió ante la salida del arquero para poner en ventaja a Racing. Cruzeiro buscó el empate en el complemento y a  pocos minutos del final lo consiguió gracias a un gol de Robson, el mismo que había marcado en el Cilindro. Los minutos restantes fueron de sufrimiento para la Academia, pero así lo marca la historia, para ganar Racing debe sufrir, sino, no vale. Llegó el pitazo final y la Academia volvió a gritar campeón tras veintiún años, el equipo de Basile se quedó con la primera edición de la Supercopa Sudamericana de forma invicta (lo repitió Boca en 1989 y Vélez en 1996), ganó los tres de local y empató los tres de visitante. Marcó ocho goles y recibió cuatro.

Luego de que el plantel fuera recibido en Ezeiza y vayan en caravana a festejar al centro, Gustavo Costas señaló que «esto tiene un gusto especial por lo que siento por mi club de toda la vida, se acabaron veinte años de frustraciones. Este recibimiento es impactante».

“¡Cuantas ganas que tenía de gritar! ¡Cuántas ganas…! Esto no es solo el resultado de un trabajo, es la ansiedad de un grupo de gente, de esos que sentimos a Racing bien adentro y que desde hace varios años sufríamos por lo mismo” exclamo el ayudante del “Coco”, el “Panadero” Rubén Díaz. Por su parte, el técnico de la Academia expresó que “la alegría es la misma de siempre, aunque ahora uno lo tome con más calma que antes. La alegría es la misma porque yo soy hincha de Racing. En estos momentos, mi mayor deseo es que se tome conciencia de que Racing le volvió a abrir las puertas a la historia, está en el lugar donde siempre tuvo que estar, con los grandes, ganando un titulo. Esto puede ser el punto de partida para recuperar todo lo perdido”, lamentablemente no resultó así y tras la conquista de la copa, pasaron trece años para volver a ganar un título.

El plantel del campeón: Ubaldo Matildo Fillol, Carlos Vázquez, Gustavo Costas, Néstor Fabbri, Carlos Olarán, Jorge Acuña, Miguel Ángel Ludueña, Miguel Colombatti, Rubén Paz, Omar Catalán, Ramón Medina Bello, Walter Fernández, José Raúl Iglesias, Hugo Pérez, Julio César Balerio, Marcelo Asteggiano, Eduardo Saporiti, Leonardo Szulz, Fabio Costas y Víctor Rabuñal.

Por:  Fernando Ferreira

Racing Club – El Primer Grande
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