Racing Club El Primer Grande

Premio Nebel de la Paz

En su camioneta, Bou se pasó el día repartiendo mercadería en su barrio inundado. Todo corazón.

Gustavo Bou ayudó a los vecinos de Concordia.

El partido es largo. Dura mucho más que 90 minutos. Es «su» partido. Y lo juega desde hace tres días. Con alma y vida, sin pelota ni arcos. Con el corazón, como en la cancha y más también. Un voluntario sin ser bombero. Es el rival más difícil del año el que se le presenta: el desborde de los ríos Uruguay, Paraguay y Paraná. Se le planta en guardia a ese monstruo silencioso que fue ganando las calles y tapando casas. Mientras sus compañeros descansan en plenas vacaciones, Gustavo Bou pone a prueba su físico por decisión propia. Duerme poco. Va y viene. Se desvive por ayudar a Nebel, su lugar en el mundo, el barrio de su infancia, al que nunca dejará de sentir como propio. La inundación que dejó más de 20.000 evacuados lo mantiene inquieto, muy activo, al frente de una campaña solidaria que muestra su mejor lado humano.

Así como en Nochebuena cobijó en su casa a una familia para que lo pasara con él porque su vivienda estaba bajo el agua sucia, también eligió al sitio que fue recibiendo donaciones y hasta fue controlando las entregas para evitar desvíos. Pero quiso ir por más. Durante casi todo el día de ayer, se lo vio a bordo de su camioneta, junto a los amigos de siempre, trasladando la mercadería que llegaba proveniente de Racing Solidario y otros orígenes: alimentos no perecederos, agua mineral, lavandina, papel higiénico y ropa. Se la pasó entre cajas y botellas.

'La Pantera' descargando agua de su camioneta para los damnificados.

‘La Pantera’ descargando agua de su camioneta para los damnificados.

«Fuimos juntando todo en mi casa y en el galpón de un conocido. A la noche (ayer) llegarán los camiones de Racing con más cosas. Aproveché para hacer esto porque al nivel del agua paró de crecer», expresó la Pantera, exhausto pero con el alma contenta por poder colaborar. Con el agua a apenas media cuadra de su vivienda, cerca del mediodía grabó un mensaje de voz por su teléfono celular que rápidamente alcanzó a varios oídos. «Hola, gente, soy Gustavo Bou. Estoy con mis amigos, recolectando artículos de limpieza y comida. Les voy a estar totalmente agradecido por su ayuda. Un abrazo para todos», pedía Bou.

Por la tarde, la crecida comenzó a bajar lentamente en Concordia. Al menos, un aliciente para la Pantera y el barrio que adora.

Fuente: Olé

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