Racing Club El Primer Grande

Por acá no pasas

Gabriel Arias fue la figura indiscutida en el inolvidable triunfo en el clásico ante Independiente. Con sus excelentes atajadas, supo como frenar los ataques del Rojo, y "salvo las papas" en más de una ocasión. Un arquero de selección.

Gabriel Arias, fundamental para que Racing derrote a Independiente en el clásico.

Sebastián Saja dejó la vara muy alta en el club. Ídolo, capitán y campeón. Emblema de Racing, a pesar de haber estado vinculado mucho tiempo con San Lorenzo. Cuando decidió «colgar los guantes» (aunque jugó un par de meses más en Europa), comenzaba la operación reemplazo. Llegó Agustín Orión, y jamás pudo asentarse ni transmitir la seguridad que generaba en Boca. Unos partidos, y fue reemplazado por el juvenil Juan Musso.

Musso, de gran potencial y enorme futuro, era además, un hombre de la casa. Surgido del predio Tita. Tuvo rendimientos muy buenos y otros no tanto, y a mediados del 2018, le llegó una oferta irresistible del fútbol italiano. Otra vez, El Primer Grande tenía que salir a buscar un arquero. Rápidamente llegaba Gabriel Arias, arquero argentino nacionalizado chileno. Y se volvió pieza fundamental en el equipo de Coudet.

Y hoy, justo hoy, justo en el clásico, justo en el Libertadores de América, frente a 40 ó 50 mil hinchas del rojo, Arias tuvo, quizás, el mejor partido de su vida. Parecía que era imposible hacerle un gol. Se volvió una muralla en el arco racinguista. El hincha de Racing no descubre nada nuevo: sabe la capacidad y calidad que tiene el ex Defensa y Justicia. Pero hoy, fue una noche 10.

El gol que le anotaron, con offside mediante, casi que lo dejó sin respuestas: pase al medio y definición con arco libre, imposible para cualquier arquero. Pero antes de ese gol, había tenido dos tapadas claves: ante Benítez, casi a quemarropa, y un cabezazo de Hernández, que muy bien contuvo.

En el complemento, como bien dijo el arquero académico post partido, la de Domínguez fue la más difícil: se tiró al piso, y cuando el jugador del Rojo estaba próximo a definir, le robó la pelota con ambas manos, con grandes riesgos de cometerle penal al parguayo. Hubiera sido el 2-2 parcial en el marcador del encuentro, pero no fue.

Arquero de selección, Racing ha encontrado solidez en el arco. Hoy, en gran parte el triunfo se lo debe al «chileno». Porque, quizás, en el análisis general, Independiente jugó un poco mejor. Pero los de Coudet, lo jugaron como lo que era: un clásico y una final. Muchas veces el clásico no se juega, se gana. Y esta noche, esta lluviosa noche de Avellaneda, fue así. Con un enorme Arias, se ilusiona con la vuelta olímpica.

Por Juan Martín Wahnish

Racing Club – El Primer Grande

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