Racing Club El Primer Grande

Militan por Diego

El boom Milito a flor de piel en cada práctica de la Acadé...

Decí whisky: el Príncipe se saca fotos con cada hincha en el playón. Siempre sonríe. (foto: Olé)

Estatua, nombre en una tribuna, hasta tatuaje en un pie.

Y al final de cuentas, por más romántico que parezca, lo que moviliza es el amor. Nunca comprenderán los tifosi del Genoa e Inter lo que Diego Milito significa para Racing. Allá lo aman, sí. Les dio todo. Champions, Liga y Copa Italia. Hasta goleador del Calcio con el humilde equipo genovés. Pero acá, de esta lado del charco, está su casa. Su pasaje Corbatta, su playón, las piletas y la cancha auxiliar. Lo de Susi, el eterno lugar de comida al paso frente al Cilindro, y ese pueblo nómade del que es profeta y se convirtió en ídolo a falta de una fecha para coronarse. De lograrlo, será el primer jugador en casi 50 años en ganar dos títulos jugando para la Academia. Diego Milito es todo…

Por eso, cada práctica se convierte en un hervidero de gente que busca tocar al Príncipe. “Es una locura, no lo entiendo”, suele repetir el goleador. Tanto es el amor, potenciado por este boom de Racing en el campeonato, que en el último mes y medio le pasaron las dos cosas más fuertes en toda su vida racinguista. Hace un mes y medio, por gestión de Gastón Díaz, un hincha lo conoció en la concentración y le pidió una firma para tatuarse. Y el miércoles, apenas terminado el entrenamiento, una chica buscó lo mismo pero en su pie derecho. “Es lo más loco que me pidieron”, reconoció Diego. Todo ese amor, el mayor motivo de la vuelta del delantero a Racing, trasciende cualquier tipo de límites. En cada práctica, son 100 o más los hinchas que le solicitan fotos, videos o un simple saludo. Diego, humilde como desde el primer día, lo disfruta y le da su tiempo a cada uno. No tiene problemas en bajar de su auto, una vez más, para saludar a todo el resto que espera ansioso sobre el pasaje. Es un líder dentro y fuera de la cancha. Es la cara de Racing.

“Ustedes están locos”. El Príncipe no lo cree, no logra aceptarlo. Hasta se incomoda. La mayor muestra de amor aún se está gestando y no depende del resultado frente a Godoy Cruz. Una estatua. Sí, una estatua de bronce es el regalo que un grupo de hinchas quiere hacerle a Milito y para ello ya están juntando llaves para poder llevarlo a cabo. Otros, en cambio, piden que alguna tribuna del Cilindro lleve su nombre o una cancha del predio Tita Mattiussi, que visita seguido para conocer de cerca a los chicos de las Inferiores.

El sueño máximo, claro, es dar la vuelta en el Cilindro. Pero Milito ya encontró lo que vino a buscar…

Fuente: Olé

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