Racing Club El Primer Grande

La ‘mística’ ganadora

El arquero metido en el corazón de los hinchas de Racing, aseguró que el campeonato los tiene que potenciar como jugadores y como equipo.

“Las victorias traen victorias”, explicó el 'Chino'

Los rayos del sol castigan con fuerza a las dos y media de la tarde, picantes como los ataques de Milito, los centros de Gastón Díaz, las corridas de Ricki Centurión o los remates al arco de Bou, y en la calle Larramendi de Brandsen no anda un alma a esa hora. Sebastian Saja, arquero y figura del campeón del fútbol argentino, nos recibe en su casa paterna y se saca fotos para la producción en la vereda con la tranquilidad que le da el momentáneo anonimato.

El barrio La Dolly ya no tiene muchos de los rasgos que acompañaron su infancia: el progreso se llevó hasta el potrero pelado y de piso desparejo donde hizo sus primeras atajadas con perfume de futuro crack. Pero estamos en uno de sus lugares en el mundo, donde se siente a gusto como debajo del arco de la Academia.
Su Brandsen natal es el cofre de los recuerdos y los afectos más queridos: su padre Daniel, su hermana Daniela (Celeste, la otra hermana, ahora vive en Rosario), sus sobrinos, la abuela Mabel a la que alegró con su presencia en el cumpleaños apenas unos días antes del partido de la consagración frente a Godoy Cruz, y hasta Lucas Fernández, amigo de toda la vida, ladero fiel e insobornable de alegrías y tristezas.
Tiene razón Mirtha…

«Tiene razón Mirtha Legrand en eso de que su programa trae suerte, este año fui y salimos campeones», cuenta Sebastián Saja con la soltura propia de un pase-salida para que Pillud inicie un avance por la derecha. Pero antes de que Racing llegara al título, hubo historias internas que sirvieron de base para cimentar este logro. ¿Por ejemplo? Cuando se produjo el regreso al club de un prócer como Diego Milito y Saja, sin egoísmos, le cedió la capitanía. O cuando el arquero, en la habitual charla grupal de comienzo de temporada, bajó un mensaje directo: «Racing no puede ser un paso más en nuestras carreras. Yo no me quiero ir de acá sin ganar algo».

-¿En qué partido se convencieron de que podían ser campeones?
-Hubo partidos que fueron clave, pero el que sentimos que podíamos ser campeones fue con Quilmes, por las cosas que sucedieron y por las que nos estaban pasando a nosotros. Me acuerdo que en el vestuario comentamos: «Hoy ganamos un partido para ser campeones». Acordate… un penal en contra, una expulsión, lo ganamos agónicamente en el minuto cuarenta y pico con un tiro libre de Gustavo (Bou) que en su puta vida había pateado un tiro libre, ja, ja. Ese fue el partido que sentíamos que podíamos salir campeones.

Tenía la idea fija

-En tres años y medio en Racing, ¿no pensaste en algún momento que no ibas a salir campeón jamás? ¿Tuviste miedo de pasar por el club sin un logro?
-No. Cuando Cocca arregló con Racing me llamó y me preguntó si podía contar conmigo y le dije que yo no me iba de Racing sin ganar algo. Veníamos de un semestre terrible, últimos en la temporada, 33 puntos en 38 fechas, y uno siendo el capitán se sentía más responsable que el resto. Pero me tenía una fe bárbara. Me había quedado la espina de la Copa Argentina, cuando perdimos la final, y hoy te das cuenta lo difícil que es ganar un campeonato con Racing.

-¿Y por qué es tan difícil ganar un campeonato con Racing?
-Primero porque es un club que tiene mucha exigencia, no cualquier jugador está preparado para jugar con la camiseta de Racing. Vos a veces crees que podés armar un buen equipo y cuando te ponés la camiseta de Racing te das cuenta que a muchos los supera esa exigencia. Y encima tenés la presión de tantos años sin campeonar, por eso es una doble mochila que tiene que llevar un jugador y es pesada. No jugás con la misma soltura que en un club que viene de salir campeón hace dos o tres años. Acá ganas los dos primeros partidos y la expectativa hace que parece que ya saliste campeón cuando en realidad no ganaste nada.

-¿Querés decir que para ser campeón con Racing además de buen jugador tenés que estar muy bien de la cabeza?
-Sí, seguro. Primero tenés que estar muy bien preparado de la cabeza y segundo ser muy buen jugador.

– Insististe mucho con que ahora Racing tiene que generar una mística ganadora. ¿Cómo se logra?
– Sosteniendo la base, porque este equipo ahora sabe lo que es ganar con Racing. Me parece que si capitalizamos este título para bien nos puede potenciar como equipo y como jugadores. Porque ya nos sacamos esa mochila de tener que sacar a Racing campeón. Si se sigue por este camino de consolidación, pueden venir cosas buenas. Aparte las victorias traen victorias. Y así se puede generar una mística ganadora. Ahora vendrán nuevos objetivos y más importantes, pero si el equipo se desmantela va a ser difícil.

-¿Es un mensaje que le estás mandando a la dirigencia para que no vendan jugadores?
-Pero ya lo hablamos con ellos también. Obviamente sabemos que por ahí un jugador tienen que vender, pero lo importante es que no suceda lo habitual en el fútbol argentino: que un equipo sale campeón y vende a sus tres o cuatro mejores jugadores. El club tiene sus necesidades y nosotros no interferimos, pero una cosa es que pueda irse un jugador y otra que se vayan cinco.

Fuente: Diario Popular

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