Racing Club El Primer Grande

Es la 10 del Yaya

Una nueva reliquia está en las vitrinas del club: la camiseta que usó Juan José Rodríguez en la primera final de la Copa Intercontinental de 1967. Mariano Endeli, el nieto del mejor amigo del futbolista, fue el que donó la casaca.

Todavía tiene las marcas del pasto. Sobre la franja blanca de una camiseta que luce impecable, se ven los manchones verdes que se fueron diluyendo con el correr de los años. Apoyada en un rincón del Cilindro, conmueve. Cuando el lente la enfoca y el mástil queda de fondo, resulta inevitable que una lágrima se lance a correr por la mejilla. Pasaron algo más de 49 años desde que Juan José Rodríguez vistió la gloriosa casaca: fue el 18 de octubre de 1967, en Glasgow y ante el Celtic, por la primera final de la Copa Intercontinental. Gracias al impulso del Archivo Histórico, la reliquia está otra vez en manos del club.

Fue la generosidad de Mariano Endeli la que hizo posible que Racing recuperara para las futuras generaciones un recuerdo sensacional de aquel encuentro que terminó con una derrota por 1 a 0. Fernando Tomás Lanne, el abuelo de Mariano, era uno de los mejores amigos del Yaya Rodríguez y fue a esperarlo a Ezeiza al regreso de Escocia. Había poca gente en el aeropuerto y la preocupación del plantel era grande porque el resultado no despertaba entusiasmos. Sorprendido por el gesto de su amigo, el delantero del Equipo de José, que había llegado a Avellaneda en 1965 directamente desde Boca, lo abrazó y no dudó ni un instante en entregarle como obsequio la 10. Para mantener la pasión en pie, Fernando decidió regalarle la camiseta a su nieto, por supuesto fanático de la Academia.

“Es una gran alegría para mí que esta camiseta esté otra vez acá. Sigo el trabajo que viene haciendo el Archivo Histórico y estoy seguro de que van a preservarla como parte del patrimonio”, le dijo Endeli al sitio oficial. En medio de una recorrida por el Estadio Presidente Perón, que incluyó fotos en todos los rincones, relató cómo su abuelo y el Yaya Rodríguez se divertían de jóvenes en las calles de Villa del Parque. Además, contó que aspira a que algún día el club disponga de un museo al que pueda visitar con su hijo para mostrarle, entre otras cosas, la camiseta que ahora brilla en la sala de conferencias de prensa.

Con el aporte de Diego Milito, con el compromiso de Agustín Pelletieri y con el involucramiento de decenas de socios, la memoria se va ganando un lugar en Racing. Y la 10 del Yaya, como no podía ser de otra manera, ocupa un sitio de privilegio.

Fuente: Racingclub

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