La garra charrua que necesitabamos

Egidio Arévalo Ríos jugó un partido de esos que le permite demostrar su garra charrúa que lo caracteriza. Metió pierna fuerte, se adueñó del mediocampo y fue clave para hacer los relevos y distribuir el juego.

Mucho huevo, garra y corazon en cada pelota.

El oriundo de Paysandu, Uruguay, tras casi siete años de exilio futbolero por Brasil, Italia, Estados Unidos y México, regresó al Río de La Plata. Por primera vez en toda su carrera, le toca jugar en un club de este lado del charco, mas específicamente en Avellaneda.

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En sus primeros partidos no demostró todo su potencial. Tuvo encuentros buenos y otras tantos malos. Claro esta, no estaba acostumbrado al fútbol argentino, competitivo y rápido. Pero con el correr de los entrenamientos y de la idea que quería el técnico, Arevalo Ríos empezó a mostrarle al hincha porque esta en Racing.

La garra charrua es cuando se agota lo físico, es dejar hasta lo espiritual en la cancha, cuando no hay nada mas que poner y se sigue poniendo, es parte imprescindible de la moral del jugador de fútbol. Las definiciones por penales, el rendimiento de los futbolistas uruguayos en partidos de alta presión y el desempeño en las finales de campeonatos son tres de los casos que analistas tomaron para echar luz a esta teoría. Tal es así como paso en los partidos por los Octavos de Final ante Corinthians con sabor a final, «Cacha» como lo llaman por sus pagos, fue la figura (junto con Lisandro) por la entrega, por su recuperación de la pelota y el compromiso de dejar todo.

Nuevamente el uruguayo fue junto con Musso, una de las figuras en el partido frente a Tigre, donde la Academia debía ganar para prenderse arriba y no dejar pasar las oportunidades. Mucha pierna fuerte, recuperación y distribución de la pelota, y su especialidad correr haciendo los relevos. Es verdad que todavía le falta asentarse mas, pero también debemos a desacostumbrarnos a lo que nos dejo Aued, nuestro ultimo 5 con presencia. Cuando llego dijo «Soy un jugador muy aguerrido, nunca me rindo, no bajo los brazos, no voy a parar de correr y meter hasta el último momento por Racing», y vaya que ya empezo a demostrarlo.