Racing Club El Primer Grande

Esquema sí, interpretes no

Racing empató con Argentinos jugando mal. Esta vez cambió la táctica buscando resultados pero no lo consiguió. Hay apellidos que no se terminan de adaptar y hay otros que están para hacerlo mejor. Habrá que poner la cosa en su lugar.

Rojas no encuentra su lugar en la cancha. ¿Y el resto?

“Vamos creciendo como equipo” dijo Sebastián Beccacece en la conferencia de prensa post empate en uno jugando mal. Y La realidad es que tiene razón, en este plantel pasan los días e intenta conocerse más, amigarse con lo que desea el nuevo entrenador, mejorar. En definitiva es un crecimiento. Pero lo que no se ve en este Racing es una verdadera idea de juego. En estos tres partidos que lleva al mando de la Acadé, el entrenador no logra acomodar las piezas para que la máquina funcione.

¿Racing es ofensivo? ¿Contragolpeador? ¿Defensivo? ¿Tiene posesión de balón? ¿Qué es lo que quiere? Su sistema ideal era el 4-3-3, con extremos muy definidos, abriendo la cancha y atacando por los costados. Pero al no contar con jugadores de ésas características, el entrenador se animó a retroceder y jugar 4-1-3-2 como lo hacía su predecesor, Eduardo Coudet. El rubio DT volvió a las fuentes en busca de funcionamiento. Pero erró en los protagonistas.

Para empezar por línea, en defensa hay una certeza indiscutible a esta altura: Walter Montoya no es lateral derecho. Por más que se le busque la vuelta, a sus espaldas se encuentran muchos lugares y hasta se lo nota incómodo haciendo el recorrido partiendo tan atrás.

En la mitad de la cancha, donde las posiciones están más desvirtuadas,  volvió Marcelo Díaz pero no termina de hacer un lindo tándem con Miranda que, entre otras cosas, está muy impreciso y errático en los pases. Otra vez perdió pelotas increíbles que generaron contras de peligro. Fértoli no puede ser volante ya que se desorienta si tiene el arco tan lejos. Y Matías Rojas definitivamente no puede jugar por un costado. Ni de un lado ni del otro. Por el medio rinde.

Y en la delantera, Cristaldo hace méritos para salir del campo y Lisandro no recibe las pelotas.

Ahora bien, si la idea es tener la pelota, abrir la cancha, generar espacios ¿Por qué se tiró tanto pelotazo cruzado a las espaldas de los laterales? Eso dejó de ser sorpresa para convertirse en una única y previsible opción.

Y el equipo tomó otro color en el complemento, con cambios de nombres y funciones. El ingreso de Banega “liberó” a Miranda y permitió mostrarse como una opción de juego. Con los laterales adelantados (Iván Pillud debería ser uno), el ingreso de Cvitanich aportó dos cosas fundamentales: acomodó de 9 de área a Licha arrastrando a los defensores rivales, liberó espacios a los costados, y el propio Darío generó más peligro que Cristaldo contando los dos partidos jugados. El ex Banfield parece ser la mejor opción en dupla de ataque con Lisandro. Y si Licha está cansado o con molestias, Reniero es el reemplazante. No hay que hacer más experimentos.

Porque todas estas modificaciones, por más mínimas que sientan, hacen perder el rumbo, ganar desconfianza y perder el estilo de juego que coronó a Racing en la última Superliga.

¿Hay tiempo para revertir todo esto? Claro. Beccacece tiene en sus manos el poder de solucionarlo. Hay que darle tiempo y confianza. Pero no hace falta desarmar todo lo construido hasta acá. Las cosas como son. Y todo volverá a la normalidad.

Fede Dotti
Por Federico Dotti

Racing Club – El Primer Grande
www.elprimergrande.com

COMENTARIOS