Racing Club El Primer Grande

El Príncipe de Avellaneda

Ovacionaron al Príncipe en su vuelta al Cilindro después de 11 años “Olelé, olalá, Milito es de Racing, de Racing de verdad”

Diego salió en el ST por un golpe en una rodilla. (foto: Olé)

Tras 11 años, Milito regresó a un Cilindro colmado que lo recibió con una ovación inolvidable. “Olelé, olalá, Milito es de Racing, de Racing de verdad”, le cantaron.

Prolongada, estirada, profunda, la letra i revienta en la acústica del estadio. Es la que más se oye de las seis que conforman ese apellido por el que los hinchas esperaron tanto tiempo para volver a pronunciar a coro en una cancha. Cerca de 43.000 voces se unían en el grito de agradecimiento en un Cilindro estremecedor como hacía tiempo no se sentía en la segunda fecha de un torneo. Fue gratitud hacia el ídolo que demostró su sentido de pertenencia con el regreso al club que le dio su primer plato futbolero de comida. Tenía ofertas para continuar en el Inter, para ganar mucho más dinero en Qatar, China o Estados Unidos. Pero volvió. Y la gente lo valoró.

“Miliiiiiito, Miliiiiito”, empezó a sonar fuerte la música desde temprano, cuando el reloj rozaba las 14.40 y el equipo apareció en el campo con Diego a la cabeza, en el inicio de los ejercicios de calentamiento. Las tribunas se venían abajo. El Príncipe, con su mirada, recorría los cuatro costados mientras corría y se llevaba sus dos manos al pecho, del lado del corazón. “Olelé, olalá, Milito es de Racing, de Racing de verdad”, le cantaban las almas que, seguramente, también pensaban en aquellos jugadores que todavía no han regresado a la Academia. Al delantero de 35 años lo toman como un ejemplo que les llena el corazón. Como un estímulo más que los empuja.

Pasaron 3901 días desde la última vez en que el atacante había jugado en el Cilindro. Fue en 2003, cuando convirtió el gol con el que Racing perdió 2-1 ante Olimpo en un campeonato Apertura que dejó a la Academía décimosegunda, con 22 unidades. Ayer, a diferencia de aquella oportunidad y de lo que fue la primera fecha ante Defensa y Justicia en este certamen, Milito no hizo goles ni estuvo tan participativo. La pelota le llegó poco con limpieza y eso lo perjudicó tanto a él como a Gabriel Hauche.

El capitán, sin embargo, lejos de cualquier individualismo, se fue del estadio con la satisfacción que le provocó lo grupal. Un triunfo con poco fútbol, aunque generador de un impulso vital de cara a lo que viene. ¿Preocupado por la dolencia física? Salió a los 28 minutos del segundo tiempo con un traumatismo simple en la rodilla derecha (así fue el parte médico), pero que no reviste gravedad. Por eso, estaría el viernes frente a Tigre, en Victoria.

Una tarde, el Príncipe retornó. El y los hinchas se conmovieron con semejante ovación. Inolvidable, sí. Para todo Racing.

Mirá la ovación en el Cilindro:

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Fuente: Olé

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