Racing Club El Primer Grande

El milagro del dolor

La tremenda caída en el partido del sábado removió las entrañas y reflotó sensaciones olvidadas, pero fundamentalmente nos recordó que siempre elegimos quienes somos.

Un partido malísimo, errores que se veían y presagiaban un mal final desde el inicio, Racing estaba perdiendo aún cuando estaba ganando. Nunca encontró el rumbo en el encuentro, con equivocaciones repetidas de choques pasados ante un mismo rival y mostrando una debilidad emocional alarmante al protagonizar lo que creo debe ser un récord ¡tres goles en tres minutos!

Voy al Cilindro desde que nací, sin embargo, jugando de local, no recuerdo una diferencia semejante en resultado ni en juego. Justo en este momento, que somos campeones, que tenemos un gran plantel, que el presente nos sonríe.Impensado desde donde se lo mire.

Pero ahí, en ese momento, el de la herida abierta, el de la bronca suprema, es donde cada uno decide el lugar donde se para, el camino a seguir y lo que va a hacer con eso.

Y es ahí, donde nuestra esencia aparece, donde nos diferenciamos. Donde llenás dos canchas el mismo día. Donde defendés una sede poniendo el cuerpo. Donde un grupo de socios levanta un predio de la nada mientras el club se cae a pedazos.

Es ahí, justo ahí, cuando tu equipo es humillado en tu propia casa como nunca lo viste, Cuando transformás la tristeza en grito pelado, la discusión con el otro en aliento mancomunado, la realidad dura del tablero electrónico en muestra desinteresada de amor incondicional.

Mientras se moverán estructuras dentro del plantel, con cambios de nombres y/o estrategias, con discusiones y peleas necesarias para sacar broncas y resquemores, los hinchas nos refugiamos en el milagro del dolor, ese que ayer hizo cantar a cada uno de nosotros casi más que en el festejo del mismísimo campeonato (¿o más?), demostrando que siempre estamos y estaremos, que la parte que nos toca elegimos cumplirla, siempre con la misma pasión, con la misma fidelidad y el mismo orgullo que nos caracteriza. Eso elegimos…

 

Por Ariel Gutierrez

 

Racing Club – El Primer Grande

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