Cuesta ponerse la camiseta de Blanco, Víctor

Las desafortunadas palabras del Presidente de Racing no hicieron más que daño en la relación con los hinchas. Además de estar equivocado, lo aleja aún más de un lugar que se supo ganar.

Víctor Blanco se equivocó feo con estas declaraciones.

La frase fue similar a la de un gol del rival en un clásico. Y dolió más porque viene del presidente de tu propio club. “Hubo momentos muy difíciles, en el cual ser hincha de Racing costaba ponerse la camiseta y hoy vemos que por todos lados están las camisetas” fue la frase dolorosa y sin fundamentos.

De más está decir que está equivocado, de eso se encargaron cada uno de los verdaderos hinchas mostrando su pasado con la celeste y blanca. Porque incluso los hinchas de otros equipos han desmentido a Blanco. Y no hay dudas que antes, en ese pasado difícil que mencionó Víctor, se usaba más la camiseta que ahora. Sobre todo para aquellos que han vivido cada uno de esos momentos complicados.

Y la consecuencia de sus dichos es elocuente. Porque son momentos complicados institucionales, donde la gente ni siquiera puede ir a la cancha para manifestarse, donde la oposición no se instala y donde el oficialismo hace agua por todos lados.

Porque esa camiseta sí es la que cuesta poner. Ya en diciembre de 2020, el 71% de los votantes confiaron en su gestión y le dieron la confianza para seguir siendo presidente. Y, es bueno aclararlo, muchos de los que no fueron a votar apoyaron este triunfo. Porque la gestión Blanco tuvo momentos buenos, eso es innegable.

Pero la camiseta de Blanco ahora cuesta ponérsela para ése 71% que se siente defraudado y para los demás que apoyaron también.

Porque el presidente se olvida que la “difíciles” son vender por muchos millones de dólares y no traer reemplazos acordes, es dejar de pelear competencias internacionales por un plantel escaso, es prometer “Master Plan” de obras y no cumplirlas, es dejar un ascensor a medio hacer, es prohibir la presencia de hinchas al estadio pero habilitar a los hijos de “dirigentes” paseando por el Cilindro mientras que el que paga la cuota lo reconoce en las redes sociales sentado en su casa. Muy difícil es permitir que invadan un vestuario académico en la Bombonera reclamando cosas en un momento desafortunado. Es también difícil poner a un DT que no es de su agrado para luego despedirlo luego de 7 meses de “idas y vueltas” con la esperanza de que renuncie solo. Porque en el medio el que perdió (y en algunos casos por goleada) fue el mismo club que preside, Víctor.

Eso es muy difícil, esta camiseta es muy difícil de ponerse porque pierde representatividad en el hincha. Y lo que menos quiere escuchar, es que sea ofendido por su propio presidente.

Al socio, al hincha, al que siempre estuvo (no desde 2014), les debe unas sinceras disculpas. Y si no lo quiere hacer, no hay problema. Con que solucione los inconvenientes que se mencionaron alcanza, y sobra.

Por Federico Dotti