Racing Club El Primer Grande

Cuando el fútbol se queda en el banco de suplentes

Frente a los sanjuaninos, Racing eligió la tenencia de balón sin profundidad en el primer tiempo y lateralizar sin peligro en el complemento. ¿Y en el medio? Nadie se salía del libreto. La falta de fútbol se siente. Pero Nicolás Oroz sigue sin entrar ni un minuto. ¿Por qué?

El único con el buzo de Racing es el que no juega (casi) nunca
El único con el buzo de Racing es el que no juega (casi) nunca

Nadie, ningún hincha de Racing le quita crédito ni está disgustado con Diego Cocca. Los enojos en general pueden ser discutibles y, en cuanto a gustos, puede generar polémica pero nada más. Lejos de pedir la renuncia o el abandono de este precioso barco, entender cuál es el funcionamiento que desea el entrenador para el primer el equipo  debe ser el debate.

Lejos quedó la discusión si poner línea de 5 es lo mejor. Cuando no estaba Racing perdía y se la pidió a gritos. Así que hay que ir más allá. El juego. La generación del circuito de la pelota: Está costando que la pelota llegue a los delanteros.

En el primer tiempo, el equipo optó por manejar la pelota en los pies. Tocaba y tocaba de un lado al otro. Pero siempre en defensa o, a lo sumo, por el círculo central. Totalmente intrascendente. Recién el primer remate al arco fue a los 28 minutos por intermedio de Matías Zaracho. Y tampoco pasó muy cerca. No se podían romper líneas. López bajaba a pedirla y no sabía cómo hacerle llegar la pelota a Triverio.

Para el complemento, más la salida de Vittor, el juego de La Academia mutó. Buscó ir por los laterales, aprovechando a Solari con Cuadra por derecha e Ibargüen  y Soto por izquierda. La premisa era abrir la cancha y tirar centros. Casi nunca pasó. Las pelotas al área no llegaron y las pocas que pasaron al marcador fueron controladas por los visitantes. Apenas un cabezazo de Barbieri y un centro por debajo del colombiano que Triverio no pudo empujar.

Muy poco.

Este Racing juega poco. Se siente más cómodo cuando lo atacan pero le cuesta abrir defensas cerradas. Y Diego Cocca lo sabe. Lo admite cuando uno se lo pregunta. Sin ir más lejos, ayer en la conferencia de prensa lo deja expuesto:   “La pelota la tenemos mucho en la parte defensiva y nos cuesta justamente cuando cruzamos la mitad de cancha, encontrar ésos movimientos que nos den la posibilidad de llegar al arco rival”.

¿Entonces?

La responsabilidad recae en Lisandro como un mago que debe hacer una genialidad para hacer “algo distinto” o “sacarse de encima” rivales para tocar a un compañero.

He aquí donde asoma la figura del protagonista de ésta nota: Nicolás Oroz.

Un jugador especialista en la tenencia del balón, en sacarse hombres de encima, en generar espacios. En Chacarita se forjó de ésa manera y lo ven como un gran armador.

Parece ser pocas las condiciones que el entrenador ve en él ya que el enganche casi siempre va al banco y no entra o queda fuera de la lista de los 18 para un partido. Le faltan minutos de juego. Rodaje, tiempo con sus compañeros adentro de la cancha. Esos minutos que, al parecer, no va a tener en lo inmediato.

“Hay que aceitar los movimientos, encontrar los espacios, nos falta un poquito más de juego  y de profundidad”Dijo  el DT en la conferencia.

Y Oroz puede aportar justamente eso. Además de argumentar que el partido con San Martín se hizo difícil porque los jugadores “sintieron el cansancio” del partido con Corinthians, ¿por qué no entró Nico si no había jugado un minuto con el equipo brasileño?

Cocca suena contradictorio con lo que dijo ayer en la conferencia “El Cansancio hace que falte frescura y así es muy difícil romper líneas”.

Si baja tanto Lisandro a pedir la pelota ¿no puede jugar ahí el ex Chacarita y asociarse con el ídolo?

Ibargüen es la compra más cara del club, eso está claro. ¿Pero debe ingresar siempre? El colombiano aún muestra signos de desorientación en el verde césped. Avanza por izquierda pero sin posición fija y eso confunde a sus  compañeros y a él también. El tiempo lo ordenará y será más productivo para el equipo. Pero el equipo no necesitaba desequilibrio: Necesitaba fútbol.

En esa “previsibilidad” se acomodó el equipo de Néstor Gorosito y cerró el partido.

Será una cuestión a encarar de lleno por el cuerpo técnico de Racing. Darle minutos a Oroz o desaprovecharlo. No hay en el equipo un jugador con ésas características. Quizá por eso quiso volver “a pelearla” porque siente que puede aportar en lo suyo. Pero está más afuera de la cancha que adentro.

El debate está abierto. ¿Nicolás Oroz merece más minutos en la cancha? O quizá la pregunta debería ser si merece una oportunidad. Porque el partido (fatídico) con Olimpo por Copa Argentina lo condenó. O eso parecería.

La gente podrá opinar libremente lo que desea. Sólo Diego Cocca tiene la respuesta, la solución. Tendrá que mandarlo a la cancha. O los resultados terminarán pidiéndole que entre.

Por: Federico Dotti

Racing Club – El Primer Grande
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