A los grandes ahora se nos viene la Libertadores.
Qué deuda pendiente, si nos regalaron la felicidad en esa colosal noche de colosos del Cilindro. Todos preferíamos que Cocca no hubiera dicho la frase esa aunque aquella tarde ellos tuvieron los beneficios de raspar y ganar con la tarjeta Rapallini. Pero el “campeón” sabía que en Mar del Plata podía demostrar que merecía haber completado la línea y hacer bingo ganando todos los clásicos. Lástima que faltó Centu, porque hubiera sido para enmarcarlo con él haciendo su festín en la cancha. Al Huevito Acuña le tocaba reemplazarlo y, si bien no tiene la explosión de Ricky, aportó mucha tenencia, panorama y peligro. Así llegábamos, a continuar la fiesta que se expandió en un veranito placentero y feliz.
El estudio apenas duró 20’ y después el Príncipe no pudo dos veces más otra de Gastón Díaz, pero ya éramos mejores con lo de siempre: orden defensivo, mediocampo para tránsito rápido, laterales y volantes desprendiéndose y con los dos aladinos de punta capaces de frotar la lámpara. Pero lo potenciamos con una salida más clara, con una mayor tranquilidad (aún) para buscar el momento y una solidez que ya es costumbre. La tuvimos más y además contamos con una Pantera enfurecida, que peleó todas, que parece rústico hasta que inventa el sombrerito y el Príncipe que ni pregunta si está Rapallini y 1-0. Y como si no hubiera habido entretiempo, como si ni nos molestarámos en contar los cinco defensores que pusieron, salimos a liquidarlo, y otra vez la Pantera prendiéndonos fuego, sirviéndoselo otra vez al Príncipe y cañoneando al Ruso como si fuera un checheno enloquecido.
Después –sí, importa el después, con perdón de Homero Expósito-, sólo nos quedaba regular. Y lo hicimos bien, dominando con la pelota, sin puntos débiles, rotando, logrando ese contagio de los grandes equipos. Y fue superioridad sin humillar aunque ellos quisieran asustarnos con menos peligro que un chasqui boom y porque lo dejamos ahí –diría un infausto comentarista político- y porque Bou les hizo precio y porque no estaba Rapallini… Queremos más: traigan más copas de verano. Vamos que a los grandes se nos viene la Libertadores. Y Cocca podría decir: ya gané el clásico pero prefiero ganar la Copa.
Fuente: Olé (Sergio Wolf)
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