A 18 años del Paso a Paso

En el día de hoy se cumplen 17 años del campeonato de Racing de la mano del Mostaza Merlo. El Primer Grande les rinde homenaje a los héroes que acabaron con 35 años de malarias.

Mientras el país era un hervidero, la crisis del aquel diciembre de 2001 azotaba a la sociedad argentina por completo. La gente en las calles reclamaba, los supermercados temían por los saqueos. Los presidentes del país desfilaban cada una semana. Todo era descontrol.

Y mientras tanto había una parte del país que estaba alejada de todo. El Racing de Mostaza había llegado primero a la última fecha con un River, plagado de figuras, que respiraba en la nuca. El Apertura 2001 se había disputado normalmente hasta que, en la última fecha, se suspendió por los graves incidentes que atravesaba el país. Esa demora no hizo más que poner locos a los hinchas académicos que estaban a 90 minutos de la gloria.

Pero con el empate ante Vélez (River había ganado su partido 5 a 1), la Academia gritó campeón un día como hoy pero hace 17 años atrás. Pulverizó una racha nefasta y permitió que, por unos días, muchísima gente festejara de manera única e irrepetible dada la tremenda hazaña que se consiguió.

El equipo

El Racing de Mostaza no contaba con grandes jugadores en cuánto a técnica y calidad. La mayoría suplía todo eso con un exceso de coraje y un corazón enorme como el Presidente Perón. Tenía a Campagnuolo muy firme bajo los tres palos. En la dupla central aparecía Claudio Ubeda y Gabriel Loeschbor que combinaban mucha marca y buen juego aéreo. Los laterales del equipo eran Martín Vitali y Francisco Maciel. Uno subía más que el otro. Pero siempre con criterio.

En la mitad de la cancha había un león que los corría a todos llamado Adrián Bastía. Gustavo Barros Schelotto, José Chatruc y Gerardo Bedoya completaban el mediocampo. El “Pepe” Chatruc mostró su mejor versión y fue fundamental en varios partidos.

En la delantera estaban Maximiliano Estévez y Rafael Maceratesi. Las locuras y desbordes los hacía el “Chanchi” mientras que los goles los hacía el “Rafa”.

El recambio estaba conformado por Chiche Arano, Alexander Vivero, Leo Torres y un tal diego Milito entre otros.

No gustaba, no jugaba bonito. Pero ese equipo te ganaba desde la moral. Iba al frente y, si te hacía un gol, se volvía “impenetrable”. Se pudo bancar la mochila “de los 35 años” hasta el final y no decepcionó.

La Campaña

Racing fue un equipo de principio a fin. Un equipo que sumó 42 puntos en 19 partidos, anotó 34 goles y recibió 17. Tuvo a Maxi Estévez como goleador (7), y a Vitali, Maciel y Milito como asistentes perfectos. Ganó 12 partidos, empató 6 y sólo perdió ante Boca en la Bombonera.

El Padre de la Criatura

Carlos Reinaldo Merlo fue el autor intelectual de la hazaña. Llegó a Racing con un perfil bajísimo y se propuso pelear el descenso con todas las armas. Porque el primer torneo de Mostaza al frente del equipo lo dejó último con 11 unidades. Fue ahí que llegaron todos los refuerzos que cambiaron la ecuación. De menos a más, la templanza y el optimismo fue un valor que Merlo pudo meterle a sus dirigidos. Instaló la frase “Paso a Paso” que inmortalizó a todos los hinchas de la Acadé.

Con sus famosos cuernitos, les hizo creer a todos los hinchas que podía cambiar el futuro a su antojo. Y todos le creyeron. Lo mismo cuando dijo “Ahora me cansé, vamos a salir campeones” faltando 2 fechas para el final del Apertura.

Sin dudas que se merece la estatua que descansa en el recinto de honor. Mostaza Merlo quedó en la Historia grande de Racing Club. El hincha le estará eternamente agradecido.

El Final

Loeschbor abría el marcador en el estadio de Vélez aquel 27 de diciembre de 2001. Apenas empezado el segundo tiempo. Ese cabezazo abrió la ilusión de todo el pueblo racinguista que jamás se imaginaba lo que sería salir campeón. Un día extraño que tuvo de todo: lluvia, sol, calor, frío, de todo. Hasta Sessa, con pasado en el club, subió en un tiro libre a buscar el gol que nos dejara sin título (resultado final fue 1 a 1). Todo fue increíble.

Como los miles de hinchas que fueron hasta Liniers, que se metieron en cualquier tribuna. Allí nació el mito de las dos canchas. Racing salió campeón en el Amalfitani y en el Presidente Perón. De eso no hay dudas.

A partir de allí se empezaron cumplir miles y miles de promesas que habían hecho sus hinchas.

Por Federico Dotti

Racing Club – El Primer Grande
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